•Capítulo Cuarenta y Cuatro•

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La publicación tuvo impacto en redes porque era la primera que hacía en ocho meses.

Sonreía al ver los edits que le hicieron a su frase.

Salió casi dando saltitos de su habitación y bajó a la cocina. Estaba feliz.

—Hoy no hay dieta— dijo moviendo sus caderas por toda la cocina.

Mezcló todo tipo de dulces y glaseados con el helado, cogió envases pequeños de su colección y repartió el helado, cogió cucharitas y salió al pasillo donde cinco guardias hacian turno.

—Prueben, prueben— le dió los envases y esperó emocionada; los guardias aún sin saber que pasaba los probaron e intentaron con todo su esfuerzo no hacer una mueca. El helado estaba extremadamente dulce.
— ¿Y?

—Está delicioso, señora— dijo uno y a eso los otros asintieron.

—Está horrible ¿verdad?

—Si, señora.

Ella abrió su boca indignada—Se supone que debías decir que no.

El disimuló su sonrisa divertida —No tengo permitido mentirle.

—Pero dijiste...

Ella asintió abatida y entró de nuevo, los guardias se vieron entre ellos confusos y se encogieron de hombros divertidos.

Marlowe preparó esta vez el helado un poco más "saludable", salió de nuevo y los vió probarlo: le devolvieron los envases limpios.

Entró asintiendo y sonriendo orgullosa...

Se comió el otro.

Detrás de CámarasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora