•Capítulo Cincuenta y Cinco•

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Lo días pasaban como la brisa en el invierno. Cada día su color y aura desaparecía. Cada día las lágrimas eran más pesadas. Cada día su pecho se hundía más y más y más. Cada día Marlowe se estaba perdiendo.

Se levantó y quitó a Thor de sus piernas, fué al baño y se bañó conteniéndose de caer, se cambió y bajó a la cocina, todo eso como si fuera un robot; preparó un pequeño desayuno y al terminar llamó a Adam.

—¿Podemos ir al orfanato hoy?— le preguntó sin expresión en su rostro.

El asintió preocupado por como estaba— Si, señora, podemos ir.

— Llévame, por favor.

Detrás de CámarasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora