•Capítulo Diecinueve•

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La chica se llamaba Kelia. Era bajita, de pelo negro un poco más bajo de los hombros, sus ojos eran almendrados y de color marrones oscuros, tez blanca y de carácter animado y profesional a la vez; llevaba cuatro días en la empresa y May no podía pedir nada más, su trabajo era la excelencia y gracias a ella tenía tiempo de sobra para sus seguidores.

En ese momento estaba respondiendo comentarios y mensajes.

Tocaron la puerta.

—Adelante— Marlowe respondió mientras volvía a su trabajo.

—Necesita firmar esto, es para aprobar las telas de los trajes de baños— Kelia le entregó una carpeta negra con toda la información ordenada.

Leyó detenidamente todo y firmó.

—Listo.

Mini reverencia y abandonó la oficina.

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