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Y como lo había dicho, si su madre y Kibum no le daban respuestas del paradero de Chittaphon y Doyoung entonces él investigaría por sí mismo hasta encontrados. No fue una tarea demasiado difícil, de hecho no podía creer que la policía fuera tan estúpida al no ver lo que estaba frente a sus narices, pues a él solo le basto con una pequeña ida al departamento del peli rojo para encontrar dentro de su ropero varios boletos de tren con destino a Busan junto con sus correspondientes regresos a Seúl, al parecer el chico no era tan inteligente como creía o tal vez solamente se olvidó de ese pequeño detalle por partir rápidamente, de cualquier manera estaba 99% seguro que ahí los encontraría y si no encontraba a Doyoung al menos encontraría la casa del niño.

—Kibum, no puedo creer que tus policías sean tan imbéciles, pero bueno eso no es nuevo, ya sé a dónde fueron, necesito que contactes al jefe de la policía de Busan para que busque a Doyoung y a Ten ahí, no suele ser bueno escondiéndose así que no debe ser difícil, en cuanto tengas su ubicación me llamas y espero la policía de Busan no sea tan inútil como la tuya —Taeyong corto esa breve llamada sin esperar respuesta del jefe de la policía, realmente no estaba de humor para eso, por lo que arrojo su celular sobre la cama del peli rojo, dejándose caer sobre ella, mientras miraba fijamente el techo de la habitación.

—¿Qué carajos vas a hacer a Busan tan seguido Kim Doyoung? — La mente del rubio comenzó a trabajar pensando en las posibilidades, no era normal, Doyoung no tenía nada que ir a hacer a Busan, él no tenía familia y tampoco tenía amigos fuera de Seúl, no había motivos para ir al otro lado del país, mucho menos siendo territorio de Cheongug, pero pronto lo iba a descubrir.

Chittaphon paso los siguientes dos días en su cama echo ovillo, no quería salir a comer, ni hablar con su madre, por lo que agradecía que su padre no estuviese en casa porque tampoco quería ver a ese hombre, solo que ahora se sentía extraño, recor...

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Chittaphon paso los siguientes dos días en su cama echo ovillo, no quería salir a comer, ni hablar con su madre, por lo que agradecía que su padre no estuviese en casa porque tampoco quería ver a ese hombre, solo que ahora se sentía extraño, recordando a YoungMi, Doyoung y Jeno, ya estaba acostumbrado a su rutina en la mansión, pero de igual manera cada que cerraba sus ojos recordaba el rostro de Lee Taeyong y le causaba terror y enojo.

La señora Leechaiyapornkul entró a la habitación con un vaso de jugo entre sus manos, estaba preocupada por la manera en la que su pequeño había cambiado, pero ¿Podía ser de otra forma? Su hijo fue secuestrado por una mafia, quien sabe que cosas paso durante esos meses.

—Chitta, te traje un poco de jugo... Mi amor no has comido casi nada en estos días, no quiero que te enfermes. —La mujer coloco el vaso entre las manos del pelinegro, quien solo dio un pequeño trago y lo devolvió.

Lamai se dio por vencida y Io colocó sobre el buró junto a la cama, tampoco podía obligar a su hijo.

—Mi amor sé que debió ser difícil para ti, no puedo ni imaginar por lo que pasaste pero ya estás aquí, volviste conmigo y eso me hace la mujer más feliz del mundo y sabes que puedes contarme, puedes decirme todo lo que quieras cariño, estoy aquí para ti, no permitiré que te vuelvan a alejar de mí.

Mutismo || Taeten [ ✓ ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora