19

922 93 36
                                    


—¿Una sirvienta? Pero ya tenemos personal para eso cielo, además no es necesario que tú hagas esas cosas. —YoungMi se encontraba en la cocina poniendo en práctica una receta que había visto en la TV, de un pastel de plátano con betún de chocolate.

—Pero quiero hacer algo, él dijo que tenía que trabajar y preferiría ayudar en la casa que volver con esa chica bonita de gran busto —Y si definitivamente prefería mil veces ser un sirviente en la mansión a volver a caer con Hyuna.

—Entonces esa idea fue de Taeyong, cielo no es necesario, con que me hagas compañía está bien, señorito de compañía —YoungMi le sonrió con ternura revolviendo un poco su nuevo cabello rubio, haciéndolo reír.

Pero él sabía que para Lee eso no sería suficiente, así que decidió que hablaría con él cuando volviera a casa, lamentablemente aquella noche se durmió esperando su llegada pues el hombre no llegó a dormir, algo que era normal en él.

Pero al día siguiente, mientras la señora Lee había salido a reunirse con una amiga aquel hombre llegó a la mansión, el rubio espero a que subiera hasta su habitación para seguirlo en silencio y antes de que la puerta se cerrará se apresuró a meter su mano.

—Taeyong... —El chico se atrevió a entrar por completo en la habitación, observando al mayor quien se encontraba sentado sobre su cama sujetándose la cabeza. —¿Te sientes bien?

—Agh ¿Qué quieres? Me duele la cabeza, déjame en paz.

—Quiero hablar sobre el trabajo...

—¿Trabajo?

—Si... Quiero que me dejes trabajar aquí en la mansión, puedo lavar la ropa, hacer la limpieza, arreglar el jardín, incluso ayudar a la señora Kim en la cocina. —Chittaphon estaba nervioso mientras se mantenía recargado sobre la puerta, jugando con el dobladillo de su playera.

—¿Quieres ser la sirvienta de la casa? —El hombre no pudo evitar reír al escuchar eso, realmente no necesitaba más personal, a pesar de que sus sirvientes eran bastante discretos y procuraban hacer su trabajo mientras él no se encontraba en casa, una idea atravesó su mente.

—Yo sé que ya hay señoras que Io hacen, pero también puedo ayudar, quiero ayudar en la mansión, por favor.

—Realmente había pensado en mandarte a la zona roja, te pega el papel de puta, además ganaríamos buen dinero contigo. —Lee río ante sus palabras observando con detenimiento las expresiones del niño frente a él.

—No... Por favor, no quiero ir ahí nuevamente, haré lo que quieras pero por favor déjame trabajar en la mansión. —El rostro suplicante de Chittaphon miraba con desesperación al líder de Wang-gug, quien seguía frotando su sien debido al dolor de cabeza que tenía, definitivamente la resaca después de tanto alcohol era lo peor, además aún se sentía ebrio.

—¿Harás Io que quiera mientras sea dentro de la mansión? —El pequeño rubio asintió un par de veces con su cabeza sintiendo su corazón acelerarse nuevamente, ¿Qué carajos estaba haciendo? —Me agrada tu idea Ten, fíjate que yo necesito una puta personal —Taeyong se levantó de la cama acercándose al menor a quien acorraló entre la puerta y su cuerpo.

Chittaphon podía percibir ese fuerte olor a alcohol que venía del más alto y sabía que estaba ebrio, oh maldito recuerdo que llegó a su mente, un Taeyong estando ebrio no era una buena señal, un hombre ebrio jamás era una buena señal en su vida.

—¿Qué tal si eres mi sirviente personal? Vas a venir aquí, limpiaras mi habitación, el baño, arreglarás la cama, también te encargaras de lavar toda mi ropa y la camioneta, al único a quien atenderás en esta casa será a mí. —El hombre apretó su cuerpo contra el del chico, sujetando su cabello por la nuca para asegurarse que lo viera a los ojos. —Todo, absolutamente todo lo que yo diga lo tendrás que hacer sin quejas o pretextos, ¿Entendiste?

Mutismo || Taeten [ ✓ ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora