42

750 84 14
                                    

Chittaphon limpió sus lágrimas, con su mano libre, pues Hiro aún sostenía su derecha mientras lo conducía de regreso por las escaleras, pero a pesar de todo su corazón se sentía muy feliz, pues al fin después de tanto tiempo pudo volver a ver a Taeyong y no pensaba fallarle, iba a hacer todo lo que le había pedido para que se reunieran nuevamente en Corea.

Realmente no le prestó atención al camino y cuando se percató nuevamente, se encontraban en la cocina de la mansión, el japonés estaba tratando de ver hacia afuera, por si había alguien que hechara a perder su plan.

—Vamos, vamos. —Una vez que el chico abrió la puerta, desenfundó su arma, tomándola con la mano derecha, mientras que con la contraria volvía a tomar la mano del rubio entre la suya.

Al salir, el ambiente estaba frío y Chittaphon agradecía llevar puesto su suéter blanco, todo iba bien, se encontraban caminando a través de los arbustos y árboles del lugar, realmente no sabía a dónde se dirigían, pero si Taeyong había dicho que ese chico era confiable, él le creía.

Todo estaba tranquilo, probablemente los rusos seguían en el último piso, algo que hizo entristecer, pues ojalá pudiera hacer algo para sacar a los chicos de ahí, pero eso sería imposible, especial sabiendo que eran tantos.

Hiro suspiró ante el frío, se estaban acercando a la brecha este, esperando que Jun estuviese ahí afuera, pues había prometido esperar ahí hasta que los coreanos volvieran, pero la detonación de un arma puso en alerta a ambos.

—¡Ahí están! —Un grupo de al rededor cinco rusos venían detrás de ellos corriendo, con armas entre sus manos, ¿En qué momento alguien los descubrió?, Hiro maldijo en voz alta y sin dudarlo se aferró a la mano del rubio para comenzar a correr.

—Corre, vamos, no pueden alcanzarte. —El chico lo llevo corriendo el resto del camino, escuchando algunas detonaciones de arma detrás de ellos, lo que lo incitaba a correr más rápido, casi arrastrando al niño con él.

En poco tiempo llegaron a la brecha, el japonés hizo lo posible por quitar todas las hojas que había junto al muro, abriendo el hoyo en la tierra que conectaba con el bosque que rodeaba la mansión, los gritos se escuchaban tan cercanos que en su desesperación empujó al rubio para que saliera.

—Corre, solo corre, no te detengas. —Chittaphon no entendía nada, pero sabía que no quería ser capturado nuevamente por aquellos hombres, así que sin esperar más paso sin esfuerzo alguno por debajo del gran muro, ensuciándose de tierra.

Una vez fuera la penumbra de la noche era aún más grande, rodeando por cientos de árboles, era una escena demasiado aterradora, rápidamente giró nuevamente hacia la brecha en espera de que él japonés fuera de tras de él, pero eso no sucedió y en cambio solo escucho varias detonaciones detrás de la pared, sus ojos nuevamente se nublaron, ¿Los hombres habían alcanzado a su nuevo salvador?

No sabía qué hacer, no sabía a dónde correr, pero cuando se percató que alguien quería cruzar por debajo del muro su corazón se aceleró y sin pensarlo comenzó a correr, no le importó la dirección, simplemente corrió entre los árboles con desesperación, deseando salir de ahí sin encontrar más rusos.

—¡TEN! —Su corazón casi se sale de su pecho cuando escucho a alguien gritar de esa manera su nombre, no podían, simplemente no podían capturarlo nuevamente, Taeyong dijo que debía llegar con Kiko y Nana, para buscar a Doyoung y Renjun, no podía fallar.

Varios minutos después, cuando sus piernas comenzaron a cansarse y sin darse cuenta llegó a un camino, con algunas casas al otro lado, pero al no detener su carrera, cruzó sin pensarlo, deteniéndose de manera abrupta pues de la nada una camioneta negra apareció a su lado, frenando estrepitosamente para evitar arrollarlo.

Mutismo || Taeten [ ✓ ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora