Mutismo || Taeten [ ✓ ]

02

—Vaya sí que tenías hambre cielo, pero no te preocupes, come todo lo que quieras, te daré un poco más de jugo. —La señora Lee colocó un segundo plato con comida frente al chico

El niño de cabello negro, tomó nuevamente su tenedor, comiendo el nuevo plato de lasaña frente a él, era deliciosa, la comida era casi tan buena como la que preparaba su madre, de un momento a otro dejó de masticar, pues el hombre con cara de pocos amigos había entrado a la cocina, sentándose a la mesa frente a él.

—Ya volví mamá

La mujer sonrió ante las palabras de aquél hombre, colocando un plato frente a él, junto a una taza de café. El pequeño chico, se removió algo incómodo sobre su silla, mientras continuaba comiendo, en silencio.

—Bueno he descubierto que este pequeño, puede que no hable, pero escucha a la perfección y claramente entiende todo lo que digo, yo creo que tiene unos 15 o 16 años.

El castaño asintió un par de veces a las palabras de su madre, mientras comía su cena, realmente no le importaba mucho aquel niño, simplemente había sigo un regalo de John a su hermano mayor, el sabría qué hacer.

Joder, ojalá el imbécil de Seo le hubiese regalado una de sus chicas a él, las prostitutas de Cheongug eran más bonitas y agradables que las que tenía su hermano trabajando en la zona roja.

—Mi amor, iré arriba a asear a este pequeño ¿quieres algo más?

—No mamá, gracias, no te preocupes, buenas noches.

Una vez que el niño de cabello negro terminó su cena, la señora Lee lo sacó de la cocina, llevándolo al primer piso de aquella lujosa mansión, en donde había muchas puertas.

—Todas estas son habitaciones y baños, pero está prohibido subir al segundo piso ¿está bien? No quiero que tengas problemas con Tae o Jeno, por favor. —La amable mujer camino hasta el final del pasillo, en donde abrió una de las puertas, haciendo pasar al chico. Era una habitación bastante amplia y muy bonita, nada comparada con su habitación. —Muy bien, vamos cielo, necesito que tomes un baño y te pongas ropa limpia. —Aquella mujer lo llevó hacía el baño de la habitación, llenó la bañera y colocó jabón con un delicioso aroma a vainilla. —Iré a buscarte ropa limpia, el agua ya está lista, entra a la bañera cielo. —La señora Lee, salió de la habitación, dejándolo sólo.

Unos minutos después, comenzó a sacarse toda su ropa, hacía 3 días que no tomaba un baño y no cambiaba su ropa, quería limpiarse, así que sin dudarlo entró en el agua, olía demasiado bien, no sabe cuánto tiempo pasó disfrutando de su baño, pero se sobresaltó cuando la puerta del baño fue abierta.

—Oh lo lamento, creí que ya habías terminado, no, no te preocupes cielo, crié a dos hombres los cuales a pesar de ser adultos, no tienen vergüenza y suelen pasearse en calzones por la casa.

La castaña dejó la ropa que llevaba con ella sobre la tapa del retrete, mientras se acercaba al chico que intentaba cubrirse con sus propias manos, pero importandole poco, tomó el shampoo comenzando a lavarle en cabello y de nuevo había recordado a su madre, aquella mujer era tan linda y agradable como su madre, por lo que dejó asearse por ella.

—Bien, ya está, apresúrate a enjuagarte y salir, si no terminarás con piel de viejito, dejé una toalla y ropa sobre el retrete, no te preocupes por el baño, mañana las chicas de la limpieza se encargarán.

Una vez que estuvo seco y se colocó la ropa, se dio cuenta de que le quedaba un poco grande, pero no había otra opción, así que salió del baño, encontrando a la amable mujer sentada sobre la cama revisando su celular.

—Ya saliste, muy bien, acércate —El menor se paró frente a aquella mujer, la cual comenzó a aplicar crema sobre su rostro. —Ves, tenía razón, realmente eres muy bonito ¿Debería recortar un poco tú cabello? Así nadie volverá a creer que eres una chica.