Déjame Sanarte

Capítulo extra (Parte 3)

-Tuve un accidente cuando regresaba del trabajo -dice mientras me mira -Estaba hablando con tu madre, la muy desgraciada no paraba de llorar histéricamente porque tenías fiebre, no sabía que hacer la inútil 

Veo que rasca con dificultad su nuca, ya que las manos las tiene esposadas.  

-Perdí el control del auto porque no dejaba de berrear en el auricular, quedé estéril después de ese evento 

Lo miro, si hubiese sido cualquier otra persona me habría permitido sentir lastima por él, pero como es el hombre que me desgració la vida desde mi infancia, el que tantas veces abuso de mí no solo física sino psicológicamente también, no siento ni una pizca. 

-Pero tuvo sus ventajas -dice mientras su mirada se trasforma en lujuria -Pude sentirte por completo, pude sentir la calidez de tu interior

Me levanto de golpe y le doy una bofetada con todas mis fuerzas. 

Trata de levantarse lleno de rabia pero un oficial lo detiene y lo obliga a sentarse con brusquedad. 

-Eres la escoria más grande de este mundo, eres un basura, todo lo que te esta pasando lo tienes bien merecido por ser un maldito desgraciado, era tú hija, era parte de ti, tenías que cuidarme y protegerme -le digo con rabia -No abusar de mí, no tratarme como tu maldita criada, no como un maldito trapo al que podías dejar tirado una vez que lo has utilizado, yo no era tu maldito saco de boxeo en el que podías desquitar tus frustraciones 

Toño baja la mirada y traga grueso. 

-No voy a darte ni un solo peso, los problemas y las deudas las has adquirido por tu cuenta -lo miro de arriba a abajo -Entonces tu mismo arréglalo

-No puedes darme la espalda 

-Claro que puedo y lo voy a hacer, no te tengo respeto, no te tengo miedo, ya no tienes control sobre mi 

-Voy a mandar a matarte a ti y a tu esposo 

-¿En realidad tienes a alguien para hacerlo? 

-Si 

Pero miente, Owen me ha enseñado a reconocer cuando la gente miente. 

-Estas ahogado en deudas -le digo seria -No tienes a nadie 

-Te tengo a ti

-No, no te equivoques -sonrío amargamente -A mi nunca me has tenido de tu lado

Me doy vuelta y salgo de ese lugar. Puedo escuchar los gritos de mi padre insultándome, gritándome y amenazándome, pero no me detengo.

He cerrado un ciclo y no pienso volver a abrirlo jamás. 

Ya estaba oscureciendo cuando me puse detrás del volante con una sonrisa en mi rostro. Había podido enfrentarlo, realmente lo enfrente. Lo logré.

Conduzco de regreso al departamento. Cuando llegó veo que el piso está completamente limpio, los muebles acomodados y toda la despensa acomodada. 

Owen estaba en la cocina preparando algo, estaba a espaldas de mi con su camisa azul cielo de botones que me vuelve completamente loca, sobre todo cuando se la arremanga un poco para que no salpique cuando cocina.

-Hola guapo -le digo mientras lo abrazo por la espalda y le beso la espalda con cariño 

-Hola bonita -dice mientras toma mis manos y las besa con delicadeza -Keira me ha dicho que ella y Aarón cuidarían a las princesas 

-Surgió un imprevisto que tenía que resolver 

Me alejo lentamente de él. 

-¿Todo esta bien bonita? -dice preocupado