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Owen apaga el motor del auto en el estacionamiento del edificio azul con cristales muy grandes y resplandecientes. 

-Vamos chicos -dice Keira tan animada como siempre 

Los cuatro bajamos del auto y entramos, subimos las escaleras y llegamos hasta el piso del departamento de Owen.

Al entrar puedo darme cuenta de que los padres de Owen tienen muy buen gusto para decorar, es inmenso el departamento, tenía todo perfectamente ordenado y muy limpio.

-Siéntete como en casa bonita -me dice Owen mientras besa mi frente 

-Gracias 

Keira y yo curamos nos dedicamos a curar a Owen y Aarón de los golpes que traían en el rostro y en los nudillos. Porque vaya que se notaba que se habían agarrado a golpes. 

-¿Tienen hambre? -pregunta Keira mientras camina hasta la que supongo es la cocina 

-¿Te importa compartir habitación con Keira? -me pregunta Owen 

-Por supuesto que no -le digo con una sonrisa 

-Owen ven a ayudarme -dice Keira desde la cocina 

-Ahora vuelvo -me dice y se va 

Aarón y yo nos sentamos en uno de los sillones. 

-Hasta que llegó alguien para convencerte de salir de esa casa

-Sí -le digo con una sonrisa tímida 

-No logramos convencerte ni yo, ni la enfermera de la escuela, nadie lo lograba, solo esos dos hermanos 

-No tengo idea de como lo lograron 

-Lo importante es que lo hicieron 

-Sí, de alguna manera me siento a salvo con ellos 

-Lo estás, aunque a ese chico le caiga mal, se que te protegerá 

-No le caes mal a Owen -le digo 

-Dicelo a su cara cada vez que me ve 

-No, Owen no es así

-¿Cómo fue que se pudieron acercar a ti? Porque se por experiencia propia lo difícil que es eso 

-Keira insistió demasiado, no hacia otra cosa que estar a mi lado y siendo mi vecina...

-¿Y Owen?

-¿Yo qué? -pregunta Owen mientras se sienta a mi lado y entrelaza nuestras manos 

-Nada, simplemente le preguntaba a Savanna como se habían vuelto amigos -dice Aarón 

-Interesante -dice Owen -¿Y ustedes cómo se conocieron? -le pregunta 

-Estábamos en la secundaria, Savanna siempre se sentaba en la última fila hasta la última banca, nunca hablaba con nadie, era muy callada, siempre la observaba, no sé porque, quizá por lo misteriosa que era. Un día vi que Esmeralda empezaba a hablar con ella, durante una semana las observe y por fin me armé de valor y me acerqué a ellas. Con el tiempo nos volvimos inseparables los tres. Savanna llego un día con el ojo morado y su labio herido, recuerdo que no nos quería contar nada de lo que le había pasado. Con forme pasaban los días Savanna empezaba a faltar mucho, Esmeralda y yo fuimos a su casa y su padre nos dejo entrar y fuimos a su cuarto, recuerdo verla acostada en su cama llorando, nos acercamos y Savanna al vernos nos abrazo y comenzó a llorar más fuerte. Le preguntamos que era lo que le ocurría y nos susurró al oído lo que su padre le había hecho desde la primera vez que llegó con un ojo morado. Esmeralda se hecho a correr mientras que yo me quedaba perplejo. Esmeralda se alejó de nosotros, sin embargo, yo apoyé a Savanna en todo. Entramos a la preparatoria y Esmeralda comenzaba a molestar a Savanna sin parar, ella no decía ni dejaba que hiciera algo al respecto. Pasaron los años y su padre se entero de que tenía un amigo y hombre, me buscó, me encontró y me mandó a estado de coma 

-No sé que decir -dice Owen perplejo por la historia 

-No tienes que decir nada, simplemente preguntaste algo y yo te contesté 

-Ahora creo que no debí de haber preguntado -dice Owen apenado 

-Descuida Owen, tarde o temprano ibas a enterarte -le digo mientras le doy un beso en la mejilla 

-Además así dejamos tanto misterio y empezamos a conocernos ¿Amigos? -le pregunta Aarón

-Amigos -dice Owen mientras le toma la mano 

-Chicos la comida está lista, fue algo rápido así que no se quejen  -dice Keira mientras llega con una bandeja llena de sándwiches 

-Se ven deliciosos -le digo 

Los cuatro nos sentamos a comer en los sillones mientras veíamos una película.   

Cuando terminamos ayudé a Keira con la limpieza de los platos y después nos unimos a Aarón y Owen.

-Creo que es mejor que me vaya -dice Aarón -Mañana vengo a verte, ¿De acuerdo? 

-Sí -le digo 

-Nos vemos chicos -les dice Aarón a Keira y Owen 

-Hasta luego -contesta Keira

-Adiós Aarón y gracias 

-No hay nada que agradecer 

Aarón se va y quedamos los tres solos.

-Mi mamá me mando un mensaje de que llegan en 10 minutos -dice Keira 

-¿Tus padres vienen? -le pregunto 

-Si, creí que te habías dado cuenta cuando estaba hablando por teléfono 

-No, la verdad es que estaba muy distraída

-Bueno pues van a venir 

-Okay 

Los tres esperamos a sus padres, luego de 10 minutos llegaron, Keira y Owen son los primeros en saludarlos. 

-Hola querida -dice la señora Dalia mientras me da un abrazo lleno de amor maternal 

-Hola señora, ¿Qué tal esta?

-Preocupada por ti, tenemos que hablar 

La miro sin decir nada. 

-Hola Savanna -dice el señor Nick mientras me abraza 

Me tenso al sentirlo, no por ser el padre de mi novio y de mi mejor amiga deja de ser un hombre.

-Lo siento -dice el señor Nick apartándose rápidamente 

-No importa -le digo sin mirarlo 

-¿Podemos hablar? -me dice la señora Dalia mientras pone su mano sobre mi hombro 

Asiento con la cabeza. Miro a Owen y me da una media sonrisa.

Entramos a una habitación y nos sentamos en el borde de la cama.

-Bien linda te escucho -dice mientras presta toda su atención en mi 

-No sé que es lo que quiere escuchar -le digo mientras bajo mi mirada 

Claro que se de que quiere hablar, pero quiero que ella haga las preguntas y no tenga yo que hacer un monologo sobre lo asquerosa que es mi vida.  

-¿Estas consciente de que tienes que denunciar a tu padre cierto? 

-Sí, pero no tengo el valor suficiente para hacerlo 

-Savanna no estas sola, cuentas con todos nosotros, te vamos a apoyar en todo 

-No quiero convertirme en una carga más para ustedes, ya se lo había dicho a Owen 

-Pequeña, tú no serías una carga para nosotros, Owen es nuestro hijo y tanto Nick como yo lo vamos a apoyar en todo y eso te incluye a ti, nos hemos encariñado mucho contigo, así que mañana vamos a ir a demandarlo, ¿De acuerdo? 

Déjame SanarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora