Déjame Sanarte

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Hoy era viernes y al parecer es el día en el que se van los Anderson a la casa de campo.

Llegué de la escuela sola porque hoy no vendrían ni Keira ni Owen por lo que se supone que estaría sola todo el día. 

El día lo sentí muy diferente, la verdad es que si los extrañe, ya me había acostumbrado a verlos y compartir las clases o los descansos juntos.

Cuando regrese a la casa, mi padre ya estaba en la casa, lo que significaba que había salido del trabajo mucho más temprano de lo común.

Cuando los tres nos sentamos a comer, tocaron el timbre de la casa. 

-Voy a abrir -les digo

-No, iré yo

Mi padre se para y yo dejo de comer, con la angustia del que sea que este al otro lado de la puerta no sea ni Keira ni Owen. 

-Hola señor Toño

-Hola Nick, dime a que debo tu visita

El padre de Owen y Keira está aquí, no puede ser. Olivia se para descaradamente de la mesa y va a ver el chisme.

Escuchaba risas y bromas por parte de los tres y eso me confundía en extremo. 

-Savanna, ¿Puedes venir? -habló mi padre

<<Ay por todos los Dioses, apiádense de mi alma>> Me paro y voy hasta la puerta principal.

-Mande -le digo

-¿Es verdad que quieres ir a la casa de campo con los Anderson?

-Si -le digo no muy convencida en como lo va a tomar

-¿Y por qué no me lo dijiste? Anda ve a preparar tus cosas

Olivia y yo lo miramos confundidas.

-Anda hija, no tienen todo el tiempo, quieren irse ya, date prisa

Asiento con la cabeza aun desconcertada, ¿Qué era lo que le pasaba?

Olivia fue detrás de mi y ambas entramos a mi habitación.

-¿Y eso que fue?

-No lo sé -digo aún confundida -Él me dejo ir a dormir a otro lugar sin él, con los vecinos, para estar con chicos a los que me prohibió que les hablara

-Bueno, preparemos tus cosas, mereces un fin de semana bueno

Comenzamos a empacar todas mis cosas, solo las necesarias claro estaba.

Bajo las cosas y veo a mi padre en el sillón bebiendo una cerveza.

-¿Ya te vas Savanna?

La sangre baja hasta mis pies y me paralizo por su tono de voz tan siniestra y aterradora.

-No te vas a despedir de tu padre, ¿Así es como te he educado?, ¡RESPONDE CUANDO TE HAGO UNA PUTA PREGUNTA!

Comienzo a temblar por dentro.

-No -digo en voz baja

-Todo un fin de semana sin ti, espera cuando regreses

Se para del sillón y camina hasta quedar en frente de mi. Me toma de la barbilla con sus asquerosas manos ejerciendo la fuerza suficiente para no poder moverme.

-RECUERDA BIEN ESTO -me grita y me empuja la cabeza hacía atrás y pega más su asqueroso cuerpo al mío 

Mi respiración esta entrecortada y mis latidos al mil, tenia miedo, tanto miedo.