Déjame Sanarte

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Keira y yo salimos del cuarto y nos topamos con Owen en el pasillo a punto de bajar las escaleras.

-Yo me adelanto -me dice Keira dejándome sola con Owen

-Te ves preciosa

-Gracias -le digo agachando la mirada

Aún no me acostumbro a que me diga esas cosas sin que mis mejillas se acaloren.

-Tu también te vez muy guapo, aunque siempre te vez así

-Gracias bonita

Bajamos tomados de la mano.

-¿Estás nerviosa? -me pregunta Owen

-Si, tus abuelos van a conocerme, que tal si no les agrado

-Te van a adorar, yo lo se

-¿Y si no? ¿O si me consideran poca cosa para ti?

-¿Qué?, ¿Cómo se te ocurre eso?

-No lo sé -le digo mientras juego con mis manos

-No estés nerviosa, todo saldrá bien

Asiento con la cabeza, no muy convencida.

En 5 minutos tocan la puerta, la señora Dalia corre a la puerta y mis nervios aumentan.

Abre la puerta y veo a una señora muy refinada, con su cabello recogido, un vestido largo, zapatillas y un collar muy delicado sumamente llamativo. Detrás de ella entra un hombre de traje, con un gran porte, un maletín negro de cuero y zapatos lustrados.

-Mi pequeña -le dice la señora guapa a la señora Dalia

-Mamá -dice la señora Dalia feliz mientras la abraza gustosa -Papá -abraza al señor elegante

-Hija -dice el señor

Después el señor Nick se acerca a sus suegros y los saluda con una sonrisa en su rostro.

-Vamos bonita -me dice Owen mientras me toma de la mano

Keira corre a los brazos de sus abuelos.

-Mi Keirikeiri -dice la señora guapa abrazando gustosa a Keira

-Abue -dice Keira feliz

-Cuanto has crecido -dice su abuelo mientras la abraza

Llegamos y Owen abraza a su abuela.

-Owinito de mi vida -dice su abuela

-Hola Abuela -dice Owen con una sonrisa y las mejillas algo coloradas

¿Le daba vergüenza que supiera como le decía su abuela?

-Hola abuelo -dice Owen

-Por dios, hijo mío, como has crecido -dice gustoso -Ya eres todo un hombre

-Abuelos ella es Savanna, mi novia -me presenta Owen

-Un gusto en conocerlos 

-El gusto es mío -dice la señora tendiéndome la mano

-Un placer -dice el abuelo de Owen tendiéndome la mano y estrechándola 

-El placer es mío -le digo

-Vamos a pasar al comedor -dice la señora Dalia

Owen y yo nos quedamos al final esperando a que todos se adelanten. 

-Me odian -le digo

-¿Qué?

-Me odian, ¿Viste su cara de desaprobación?