Déjame Sanarte

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*** Narra Owen ***

-Aquí -le digo al medico inmediatamente 

-La señorita Savanna está respondiendo favorablemente al tratamiento, es al parecer un verdadero milagro, puedo asegurarles que está luchando con todas sus fuerzas y se está aferrando a la vida 

Esas palabras provocan una enorme sonrisa en mi rostro y un alivio en mi atormentada alma. 

-¿Ya despertó? -pregunta Keira emocionada

-Sí, acaba de despertar cuando fui a revisar sus signos vitales  

-¿Podemos pasar a verla? -le pregunto 

-Sí, pero solo deben esperar a que le den una habitación en piso 

-Gracias -le digo 

El doctor se va y Keira corre a abrazarme con entusiasmo.

-Sabia que lo iba a lograr -me dice llena de felicidad 

-Sí, nunca dude de ella 

Después de un rato una enfermera vino para llevar a Keira primero a la habitación donde se encontraba Savanna, después de 10 minutos seguí yo.

Entre al cuarto y la vi sobre la cama sentada aun conectada a una intravenosa y a una maquina que marcaba su pulso, pero ya no había rastros del respirador de anoche. Me acerco a ella y no puedo esconder la alegría que me da verla despierta y consiente.

-Hola bonita 

-Hola -dice con su voz más baja de lo normal 

-¿Cómo te sientes?

-Mejor porque estas aquí conmigo 

Me siento en una silla y pongo una de sus manos entre las mías

-Tengo que pedirte una disculpa -me dice mientras baja su mirada -Sé que no debí de haberme ido de esa manera, pero, no iba a permitir que mi padre lastimara a Keira 

-Tengo que agradecerte y regañarte a la vez -le digo -Tengo que agradecerte por salvar a mi hermana, pero te tengo que regañar por irte sin mi ayuda y poner tu vida en riesgo

-Yo tenía una ligera esperanza de que darías conmigo y que me rescatarías, como siempre lo haces 

-No fue nada fácil bonita, fue bastante difícil descifrar donde te tenía tu padre

-Pero no te diste por vencido 

-Le agradezco al cielo por haberte encontrado antes de que fuera demasiado tarde 

-¿Me regalas algo? -me pregunta con una pequeña sonrisa y mejillas sonrojadas 

-Lo que quieras -la miro atento 

-Un beso 

-¿Solo uno? 

Ambos reímos y me acerco a ella para besarla. 

Los besos que me daba Savanna siempre eran cálidos y tiernos, nunca era brusca, siempre llevaba el mismo ritmo y era lo que me encantaba de ella. Que no tenia miedo de ser ella misma cuando estaba conmigo. 

-Gracias por salvarme -me dice en susurro al separarnos del beso 

-Lo haría siempre, es más, daría mi vida por la tuya 

Savanna se acerca y vuelve a unir nuestros labios. Otra cosa que me encantaba de ella es que tomaba la iniciativa, que se atrevía y no esperaba a que yo fuera el que la besara siempre. 

-Disculpe joven -dice una voz a nuestras espaldas 

Nos separamos del beso y me giro para ver quien me llama.