Déjame Sanarte

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Comienzo a abrir los ojos lentamente y veo un techo blanco, me incorporo con algo de dificultad y estoy en la camilla de la enfermería de la escuela. Mi cabeza me estaba dando vueltas. Tallo mis ojos y alguien entra por la puerta sin tocar.

-¿Cómo te sientes Savanna? -dice la enfermera

-Mareada

-Es normal nena, te has malpasado con la comida, ya habíamos tratado eso, ¿Recuerdas?

Asiento con la cabeza. La enfermera de la escuela es la que me enseñó a curarme las heridas que mi padre me dejaba, también era quien me recomendaba las pastillas y las pomadas para disminuir el dolor. Ella me apoyaba y lo que era mejor, me ayudaba a mantener el secreto, porque vivía ella algo similar en casa con su esposo. 

-Lo siento

-Tomate estas vitaminas, te las iba a dar el otro día pero no pude ir

-¿Problemas con Sam?

Niega con la cabeza, Sam era el hijo de la enfermera tenía muchos problemas de concentración y sufría de ataques con convulsiones.

-No, mi esposo me dio la mitad del dinero que estaba destinado para el tratamiento que va a empezar dentro de un mes y hubo una discusión muy fuerte 

-Lo siento mucho

-Logre ponerlo en su lugar y me dio el dinero -me da una sonrisa -Owen y Keira están afuera muy preocupados por ti

-¿Podrían pasar?

-Claro -señala el pomo que tengo en mis manos -Una vitamina diaria

Asiento y hace pasar a Owen junto con Keira.

-¿Cómo te sientes?, ¿Ya estas mejor?, ¿Necesitas algo?, Dios me preocupe muchísimo

-Keira cállate ya -le dice Owen -Déjala hablar

Keira se calla y los dos me miran atentos.

-Estoy mejor y perdón por haberlos preocupado, solo fue una descompensación, pueden estar tranquilos

-Savanna tu habías dicho que habías visto a alguien, ¿A quién viste?

-A nadie, solo fue mi imaginación

-¿El sueño es lo que te tiene alterada? 

Miro a Owen ¿Cómo puede adivinar lo que me pasa?

-¿Qué sueño? -pregunta Keira

-Tuve una pesadilla, ustedes estaban muertos y él, él estaba vivo

-¿Quién es él? -pregunta Keira

-Un chico que conocí, fue un gran amigo, me escuchaba sin criticarme o juzgarme, era mi compañero

-¿Y qué le pasó? -pregunto Keira

-Mi padre descubrió que tenía un amigo y lo molió a golpes, hasta dejarlo en coma, poco después mi padre me dijo que había muerto -las lágrimas rodaban por mis mejillas al recordar todo eso

-Savanna a nosotros no nos va a pasar eso -me dice Keira

-No quiero que les pase nada, no lo soportaría y jamás me lo perdonaría

Owen se sienta a mi lado y toma mi mano entre las suyas.

-No dejaré que nada malo te pasé, si es necesario sacarte de esa casa lo voy a hacer, ya no quiero que sufras, tu mereces ser feliz y nosotros te vamos a dar toda esa felicidad que mereces

-Los quiero muchísimo -digo y los abrazo al mismo tiempo

Ambos me abrazan, me sentía tan bien, me sentía segura y protegida, no existía dolor solo cariño sincero y puro.