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[Avery Potter]

Claro fuimos a dónde inicialmente queríamos ir. La sala común de Gryffindor.

Cuando llegamos, Hermione murmuró la contraseña y el cuadro de la señora gorda se abrió dejándonos entrar, después de tanta súplica solamente me dejó pasar unos minutos dado que era de otra casa.

-¡Que creen que hacen! -gritó Ron cuando estábamos entrando- ¿Cómo pueden tener algo así en la escuela?

Harry y yo íbamos detrás de ellos dos sin decir nada.

-No te diste cuenta, verdad? -escuchamos a Hermione que le contestaba a Ron- No viste lo que había abajo de sus patas.

-¡No estaba viendo sus patas, sus cabezas me preocupaban más, o tal vez no te diste cuenta! -se sentó en el sillón enfrente de la chimenea- ¡Eran tres!

-Estaba sobre una trampilla -lo interrumpió Hermione con una voz tranquila- O sea que tiene que cuidar algo importante.

Para este punto nosotros ya estábamos todos con Ron sentados.

-¿Algo importante? -preguntamos Harry y yo, que nos miramos.

Nunca habíamos dicho algo al mismo tiempo, no hasta que llegamos a Hogwarts.

-Si, así es -afirmó ella con una voz más dura-- Ahora, si no les importa me iré a la cama antes de que se les ocurra otra idea para que nos maten a todos, o peor aún. Que nos expulsen.

Ella se dió la vuelta y subió por una torre con escaleras de caracol.

-Creo que tiene que ordenar sus prioridades -dijo Ron cuando por fin desapareció ella.

Harry asintió y yo los mire incrédula. Negué con la cabeza y me adelanté a irme, después de todo no podía estar aquí tanto tiempo. Aparte Maddie y Pansy estarían preocupadas.

Saliendo del retrato de la dama gorda, me deseó buenas noches y yo se lo devolví después de salir corriendo para que ningún profesor me viera.

Aunque yo por accidente terminé en un aula. Ya no había nadie.

Me iba a dar la vuelta pero al momento de hacerlo escuché un ruido dentro. Me volví a girar con temor, pero con lo que había pasado un rato antes ya no me podía asustar tan fácil. Saqué mi varita del bolsillo y apunté al frente

-¿Hay alguien ahí? -pregunté con voz firme.

De de un mueble salió alguien más de repente.

-¿Potter? ¿Eres tú? -era Malfoy- Pensé que era un profesor -suspiré y guardé mi varita nuevamente.

-¿Qué haces aquí? -pregunté acercándome a él.

-Te estaba buscando -agachó la cabeza con vergüenza- No ví que llegaras a la sala común, luego Pansy me dijo que no te había visto desde la clase de vuelo -en todo momento evitó mi mirada. Mientras que yo lo miraba con una sonrisa entiernecida.

-Aw, Malfoy se preocupó por mí -dije en forma de burla, él me miro molesto- No hacía falta -aseguré con una sonrisa sincera.

-Si se lo mencionas a alguien te mato -amenazó fulminandome con la mirada- ¿Y tú qué haces aquí?

-Me perdí -confesé.

-¿Toda la tarde?

-No, estuve con Harry, Ron y Hermione todo el rato -le aseguré mientras salíamos- Hace rato fuimos a su sala común pero ya era tarde y me fui, y aquí estoy -sonreí con los labios apretados.

-Entonces soy tu caballero de brillante armadura -sonrió orgullosos, puse los ojos en blanco- Ahora tú necesitas que yo te lleve a tu castillo -se burló.

-Cállate, Malfoy -empezamos a caminar hasta las mazmorras.

Claro, él no hizo caso y siguió hablando.

-Escuché que serás la nueva buscadora de Slytherin -me miró por el rabillo del ojo- ¿Es cierto eso?

-Si.

-Pensé que no sabías jugarlo -me miró con los ojos entrecerrados y una sonrisa victoriosa.

-Y no sé -aclaré- Pero Oliver Wood me va a enseñar mañana en la mañana -lo miré con una sonrisa.

-¿Porqué él? -chilló.

-La profesora McGonagall se lo pidió y aceptó.

-¡Es un Gryffindor! -susurró.

-El profesor Snape está de acuerdo -me hundí de hombros.

-Mejor te voy y a enseñar yo.

-No, también a mi hermano le van a enseñar, se le va a hacer raro que no esté con él -lo miré.

-Como sea -gruñó- Sangre pura -murmuró las palabras clave para entrar a la sala común.

Cuando entramos ya estaba con todas las velas apagadas.

-Avery -chilló una voz detrás de los sillones de cuero negro- ¿Dónde estabas? -me preguntó Maddie agarrándome la mano.

-Estaba con mi hermano -rodé los ojos.

-No me asustes así.

Malfoy rodó los ojos con el drama de Maddie, cuando él mismo también se preocupó.

-Maddie, ya vamos a dormir -reí.

-Cierto, mañana tienes tu primera práctica de Quidditch -se emocionó.

-¿Tú también lo sabías? -preguntó Malfoy.

-Claro, todos lo saben.

-Buenas noches -me di la vuelta a las habitaciones ya cansada.

Ellos me siguieron pero a mitad del camino Malfoy se separó de nosotras para ir a su propia habitación. Cuando entramos vimos a Pansy leyendo un libro a oscuras, solamente una pequeña vela alumbraba en su cómoda.

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