Mentiras. Secretos. Amor...
En un mundo oculto de muggles y donde el bien y el mal se hace presente, ¿Cómo se elige un bando cuando hay amigos de ambos lados?
¿Cómo se puede saber quién eres y en quién confiar sin saber quienes son tu familia en re...
Los tíos bajaron abrazados por miedo, el tío Vernon con una escopeta en la mano apuntando a la puerta y pregunto con una voz chillona «¿Quién es?».
Seguido de esto, la puerta colapsó dejando ver a un enorme hombre, muy desalineado, con un cabello y barba largos en un caos, y un paraguas rosa en su mano.
Todos gritaron por el ruido de la puerta cayendo al piso, cuando entró, el hombre recogió la puerta y la puso sobre donde debería estar.
-Lo siento mucho -dijo amablemente.
-¡Exijo que se vaya de aquí! ¡Es propiedad privada! -gritó el tío Vernon.
El semi-gigante se acercó a éste.
-Cállate, pestilente rata inmunda -tomó de la punta la escopeta que apuntaba a él y al mismo tiempo la dobló sin ningún esfuerzo hacia arriba, en ese mismo instante Vernon disparó haciendo un hoyo en el techo de madera.
-No te veía desde que eras un bebé, Harry Potter, veo que has crecido sobretodo después de ver ese estómago, ¿Dónde está tu hermana? -le habló a Dudley pensando que era Harry, al contrario, Dudley estaba temblando completamente.
-Yo no me llamo Harry -dijo con una voz temblorosa.
En ese momento, Harry salió de detrás de la pared y miró al semi-gigante, seguido de su hermana.
-Hm, soy yo -dijo con valor pero aún con nerviosismo.
-Y yo Avery -dijo detrás de Harry.
-Ya me di cuenta -- Tengo algo para ustedes, me senté sobre la caja en el camino pero imagino que el sabor no ha cambiado.
El hombre sacó una caja de su gran saco, era pequeña en comparación de sus manos con las de los pequeños, se la dió a Harry y éste la agarró.
-Lo preparé y decoré con mis propias manos -mientras Harry abría la caja con su hermana, Dudley la miró con cara curiosa.
-Feliz cumpleaños, Harry y Avery -la niña leyó el - Gracias -miró la semi-gigante con una sonrisa.
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-No todos los días se cumplen once años, o si? -dió una pequeña risa y se sentó en el sillón donde antes estaba Dudley durmiendo.
El hombre tomó su paraguas y apuntó con él a la chimenea, después de un segundo de esta salieron chispas encendiendo fuego.
Todos lo miraron sorprendidos, en especial los Potter, quienes no entendían que pasaba.
Harry puso la caja con el pastel a un lado del sofá sobre una pequeña mesa.
-Disculpa... -dijo Harry llamando la atención del hombre, pero fue interrumpido.
-¿Quién eres tú? Con todo respeto -interrumpió Avery.
