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[Avery Potter]

Así, Harry y yo, nos escabullimos es misma noche a la biblioteca. El plan era meternos a la sección prohibida para buscar el nombre de Nicolás Flamel.

Pero a la hora de abrir cualquier libro, una cara se formó en las hojas de este, gritando casi tanto que se pudo escuchar en todo el castillo. Nos asustamos tanto que tiramos el farol que llevábamos para alumbrar al piso, y Filch llegó corriendo. Aunque nosotros ya nos habíamos tapado con la capa.

-¡¿Quien anda ahí?! -gruñó- sé que estás ahí, no puedes ocultarte.

Nosotros veíamos su sombra acercarse en la entrada, hacíamos lo posible con no chocar con él en el pequeño espacio.

-¿Quién es? Sal de ahí.

Afortunadamente, logramos salir de la biblioteca, aunque en la entrada yo estaba la sra. Norris, la gata de Filch. Además, que pareció vernos porque nos estaba siguiendo, por más que nos alejaremos ella seguía tratando de alcanzarnos.

Doblamos la esquina del pasillo, imaginen nuestra sorpresa cuando vimos al profesor Snape acorralando al profesor Quirell.
Nos detuvimos en seco.

-S-se, s-se -Quirell apenas podía tartamudear.

-No me quieres como enemigo -habló Snape, con su ya conocida voz seca.

-N-no sé de q-que estás h-hablando.

-Lo sabes perfectamente -nosotros caminábamos de frente a Snape, o sea mirándolo caminando para atrás, donde había una puerta.

Él sintió nuestra presencia y se volteó lentamente hacia atrás. Extendió su mano y lentamente trató de agarrar algo como si supiera que estuviéramos ahí, nos hicimos para atrás antes de que pudiera agarrarnos.

Y entonces se volvió a voltear a Quirell y lo apuntó con su dedo amenazante.

-Pronto volveremos a charlar, cuando tengas tiempo de decidir donde está tu lealtad -gruñó.

Vimos como Filch le decía a los profesores de un estudiante que no estaba en la cama, (o sea nosotros), y ese se fue corriendo a la sección prohibida.

Cuando no hubo señal de que siguieran ahí, abrimos la puerta (aún con la capa puesta) y entramos, cerramos la puerta y nos quitamos la capa.

Por fin pudimos respirar, y tranquilizarnos.

-¡Harry Potter, si vuelve a pasar algo así, no voy a avisarte a la hora de matarte! -le grité, y sin darme cuenta yo había apuntado a él con el dedo, como Snape.

Harry solo levantó sus manos en forma de rendición.

Bajé el dedo y avancé un poco en la habitación, no sabíamos en donde estábamos. Todo estaba oscuro y no había nada más que unas cuantas columnas sosteniendo el techo, y un espejo, grande.

Nos llamó la atención y nos acercamos a él.

-¿Qué es eso?

-Pues un espejo, ¿Tan ciego estás que ni siquiera vez con los lentes, hermanito?

-Ya sé que es un espejo, mensa. Lo que me pregunto es porque esta aquí -rodó los ojos.

-Y porque me preguntas, sé lo mismo que tú -murmuré mirando a otro lado.

Al acercarnos vimos un grabado en el marco del espejo, estaba en otro idioma.

Nos acercamos lo suficiente para poder ver nuestro reflejo, pero no solo estábamos nosotros dos

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Nos acercamos lo suficiente para poder ver nuestro reflejo, pero no solo estábamos nosotros dos. Sino que estaban otras dos personas, un hombre, muy parecido a Harry, con lentes, y una mujer pelirroja, sus ojos eran igual a los de nosotros, ambos con una sonrisa reluciente.

 Sino que estaban otras dos personas, un hombre, muy parecido a Harry, con lentes, y una mujer pelirroja, sus ojos eran igual a los de nosotros, ambos con una sonrisa reluciente

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-¿Mamá? -susurré.

Aquella mujer asintió.

-¿Papá? -pregunté de igual forma.

El hombre asintió en respuesta.

-No puede ser -Harry volteó hacia atrás, pero no había nadie.

Ambos nos miramos y tocamos reflejo de ambos. Solo era un vidrio. Pero ella, en el reflejo claro, tocó el hombro de ambos.

Minutos más tarde ambos nos habíamos ido a nuestra sala común, no a dormir. A despertar a nuestros dos amigos que tenían que ver lo que nosotros.

-Somos nosotros -seguían diciendo.

-Acerquense más -los empujamos.

-Parense aquí -los movimos más a otro lado.

-Wow -Maddie y Ron abrieron los ojos de par en par.

-¿Y? ¿Ya los pueden ver? Ella es m- -Harry empezó a hablar, apuntando al espejo.

-¡Increíble, me veo como un primero, y tengo la copa de Quidditch! Y mira eso, también soy capitan de equipo, eso es excelente -exclamo Ron, con un brillo en sus ojos.

-Maddie -insistí con un poco de esperanza en que ella si los viera.

Ella nego viendo al espejo.

-Veo a mi hermana, aquí en Hogwarts, -sonrió- ella viene de Beauxbatons -sigue mirando su reflejo con ilusión.

-¿Creen que muestra el futuro? -preguntaron al mismo tiempo.

-Lo dudo -murmuro, desilucionada.

-Nuestros padres no están aquí -completó Harry.

[...]

A la mañana, en el desayuno, Harry y yo no decíamos ni una palabra mientras mirábamos el fuego, en la chimenea del Gran Comedor. Ron se había acercado a nosotros, tratando de distraernos pero no cedimos, nos dijo que nos olvidamos del espejo.

Y le dijimos que si.

Pero aún así, nosotros seguimos llendo por varios días. Y siempre veíamos lo mismo. A nuestros padres parados, viéndonos con una amplia sonrisa.

-¿Otra vez aquí, chicos? -al escuchar la voz de Dumbledore tras nosotros, nos levantamos rápidamente- Veo que, como muchos otros, descubrieron el encanto del espejo de Oesed -comenzó a caminar hacia nosotros- Estoy seguro que ya deben saber lo que hace, déjenme ayudarlos. El hombre más feliz de la tierra vería el espejo y se vería a sí mismo... tal cual es -Dumbledore no se veía para nada molesto, al contrario, se veía más tranquilo que nunca.

-Entonces nos muestra lo que queremos -dijo Harry.

-Sea lo que sea.

-Si -respondió- Y no. Nos muestra, únicamente, los más profundos y desesperados deseos del corazón. Y ustedes dos, que no conocieron a su familia, los ven a su lado. Pero recuerden, este espejo no destella realidad, ni esencia. Muchos se han perdido frente a él, acaban dementes, está es la razón por la que mañana cambiará de hogar...

Los dos nos giramos en seco al viejo hombre.

-...y tengo que pedirles que no intenten encontrarlo nunca. Soñar no les hará ningún bien, mellizos Potter, se olvidan de vivir.

Él tenía razón, aunque no quisiéramos aceptarlo.

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