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[Avery Snape]

Draco y yo nos fuimos de la orilla del Lago cuando se hizo más tarde, es increíble lo mucho que hablamos de nuestras cosas en ese rato.

Ese largo rato.

Ni siquiera llegamos a cenar.

Cuando llego a la habitación, Maddie y Pansy ya están dormidas, así que no me preocupo por explicarles por qué llegué tan tarde.

En la mañana, vamos al Gran Comedor para desayunar, aunque yo aún tenía mucho sueño. No miento, casi me quedo dormida en mi cereal.

—Ave... —escucho que me hablan— Avery —escucho de nuevo— ¡AVERY!

Me levanto bruscamente del que parece ser el pupitre del aula de Pociones.

Pociones.

Mierda, mierda.

Miro al frente, Snape está frente a mí con los brazos cruzados sobre su pecho, y una cara inexpresiva. Ahora sí que, ser hija de Snape no me va a salvar de un castigo.

Sin embargo, no fue él quien me llamó. Fue Pansy, a mi lado.

—¿Le parece aburrida la clase, alumna? —habla Snape, con una mirada que me taladraba hasta el alma— Creo que un castigo después de clases le parecería más entretenido, ¿No le parece?

No respondo, claro que no respondo. Hace este show solo para no dejar de parecer la autoridad aquí ante los demás, él no me castigaría en serio ¿O si?

No estoy tan segura.

—Venga después de clases, su castigo la estará esperando —murmura, para luego voltearse y seguir dando la clase.

Abro mi boca, sorprendida. Si me castigó.

—¿Qué te pasa? —pregunta Pansy en un susurro.

—Me dormí tarde —respondo, mirando sus notas y apuntando en mi pergamino.

Las dos horas de clase se pasaron rápido, en mi opinión. Claro, solo porque me dormí la mayor parte de ésta. Necesito recuperar la clase de hoy, soy de las mejores en Pociones, pero si quiero seguir así tengo que seguir poniendo atención como lo vengo haciendo desde primer año.

—Pansy, ¿Puedes ayudarme con la tarea de Pociones? Por favor —pido, entrando al Gran Comedor con las chicas.

—Claro —ella me sonríe y vuelve su mirada al frente.

Nos sentamos en la mesa de Slytherin a hacer nuestros deberes, terminamos bastante tarde, la verdad. Tanto que cuando acabamos ya era hora de la cena.

Las semanas se pasaron rápido, y octubre, junto a su clima fresco, se hizo presente. Me encanta el clima fresco, es algo de lo que puedo gozar de los dementores que rodean los terrenos de Hogwarts.

Y es por este hermoso clima que salí a caminar a la orilla del Lago Negro. Camino por un rato, pero cuando me canso voy a un árbol frondoso, que ahora se escuentra sin hojas en las ramas debido a la temporada.

Estuve ahí un rato, no tenía clase hasta dentro de una hora así que podía pasar un largo rato aquí.

—Oh, lo siento, pensé que no había nadie aquí —escucho una voz detrás de mí, la de un chico.

Volteo y efectivamente es un chico, tiene puesta una túnica de los colores de Hufflepuff. Tiene el cabello bien peinado, es de color castaño, y se ve notablemente mayor a mí. A de ir en quinto o sexto año.

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