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[Avery Snape]

-Te lo digo, no parecía que Malfoy supiera de que color tenía la cabeza -Seamus Fannigan entra al dormitorio de los chicos riendo junto a otros tres.

Harry, Ron y Longbottom.

-¡Malfoy con su cabello rubio teñido de rojo! -exclama Ron riendo- ¿Cómo no se me ocurrió esa broma?

Ruedo los ojos, frustrada por no haber salido detrás de los gemelos. Ahora Luke y yo estamos aquí atrapados bajo la capa invisible hasta que vuelvan a abrir la puerta.

-Mis respetos al Gryffindor que haya hecho esa broma -vuelve a hablar Ron.

-¿Creen que haya sido alguien de nuestra casa? -pregunta Longbottom, desde la que supongo es su cama.

-Claro, justo se lo tiñen color rojo, pero por supuesto que fue un Gryffindor.

En eso se equivocan, la idea podrá ser de los gemelos pero quien compró los polvos fui yo, y quien los plantó fue Luke, so...

-No importa, fue épico -habla Harry.

Suspiro en silencio, ¿Cuánta tiempo más debemos estar aquí antes de que vuelvan a salir?

Miro a Luke y él a mí, con un movimiento de labios articulo un «¿Y ahora qué?», él me responde de la misma forma con un «No lo sé».

-Harry, ¿Irás a Hogsmeade? -pregunta Longbottom.

Miro a mi hermano.

-No, Neville, no voy a ir en todo el año -responde Harry, disgustado.

-¿Tus tíos no firmaron? -pregunta Fannigan.

-No, no quisieron.

-Pero entonces ¿Por qué se lo firmaron a tu hermana? -pregunta Ron.

-¿Se lo firmaron? -pregunta él sorprendido- ¿Avery fue a Hogsmeade?

-Si, creí que lo sabrías -Ron le dice.

-No, que yo sepa mis tíos nunca le firmaron nada. Ni siquiera estoy seguro de que se los haya pedido -se queda pensando.

-Pues no lo sé, pero te aseguro que ella estaba ahí con su grupo de serpientes -Ron se va de la cama de Harry a la suya.

Justo para que las arañas hicieran su trabajo.

Sonrío malévola mientras veo como una se le sube por la espalda.

-Ron, tienes una... una... -Longbottom no pudo seguir porque se desmaya del susto al ver tantas gomiarañas en la cama.

Claro que ellos no saben que no son reales.

Cuando Ron se da cuenta, corre de un lado a otro, y a otro. Me río, si, y mucho.

Luego llegan los gemelos con la excusa de que habían escuchado los gritos hasta la sala común pero nos dejaron la puerta de la habitación abierta para salir, al igual que salimos de la sala común.

Bajamos todas las escaleras aún con la capa puesta y hasta que no estuvimos lejos de cualquier otra persona, nos la quitamos.

-Y ¿Ahora que hacemos? -pregunta recargandose en la pared.

-¿Yo? Ir con papá -me hundo de hombros y comienzo a irme del lado contrario- Ve a ver cómo está tu primo, Luckie. No vaya a ser que piense que estamos juntos, ultimamente está muy molesto por eso.

Me voltea los ojos, de mal humor por el apodo.

-¿Ya le dices papá? -pregunta.

-Tengo que acostumbrarme -respondo.

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