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[Harry Potter]

Ron y yo estábamos perdidos, no sabíamos por donde estaba la sala común de Slytherin. Solo esperábamos poder encontrarla antes de que se acabara el efecto de la poción multijugos.

Cuando dimos vuelta en una esquina vimos a alguien, una chica.

Es tu hermana, tarado.

—¡Mira! —me susurró Ron, en el cuerpo de Crabbe.

—Ya ví, —me aclaré la garganta antes de hablar— ¡Ey! Potter.

Avery se volteó y nos miró con el ceño fruncido.

—¿Qué? —preguntó de malas formas.

Vaya que no se llevaba con Crabbe y Goyle.

—Eh, te acompañamos —habló Ron.

Ella nos dió una mirada de irritación.

Vale, está enojada. No sé por qué, pero está enojada.

—Como sea —rodó los ojos y se dió la vuelta para seguir caminando.

Después de cinco minutos llegamos a otro pasillo, habíamos caminado por muchos de ellos.

—¡Crabbe, Goyle! ¿Dónde estaban? —se escuchó una voz.

Ugh, Malfoy.

—¿Potter? —miró a Avery, con el entrecejo fruncido— ¿Qué haces con ellos? —preguntó.

—Eso quisiera saber yo —nos miró de mala forma y se adelantó a la sala común, ya que estábamos con Malfoy.

—Tiene que ser una broma, ¿La hicieron enojar, verdad? —nos miró.

—Eh, no, bueno, si —balbuceó Ron.

—Como sea —se giró de la misma forma que lo hizo Avery— ¡Si se termina descargando conmigo ustedes lo pagarán!

Ron y yo nos miramos y lo seguimos, casi corriendo.

Llegamos a un muro, donde Malfoy murmuró una frase «Sangre pura».

El muro se abrió y dejó ver una gran sala oscura y fría. Lo que más me había llamado la atención era la gran ventana con vista al Lago Negro.

—Bueno, siéntense —nos hablo Malfoy cuando nos quedamos parados mirando el lugar.

Nos sentamos en uno de los sillones de cuero. Hasta ahora me había dado cuenta de que Avery no estaba ahí. Al contrario, estaba Lastrange, el primo de Malfoy.

—Oigan, me sorprende que El Profeta no haya informado de los ataques, —comenzó a hablar Malfoy— supongo que Dumbledore lo ocultará al mundo. Mi padre dice que Dumbledore es lo peor que pudo pasarle a este lugar.

—¡No es cierto! —dije antes de pensar.

—¿Qué? —se levantó intimidante y me miró.

Lastrange se estaba riendo levemente por lo bajo de sus apuntes.

—¿Crees que hay alguien peor que Dumbledore? ¿Quién? ¡Dilo!

—¡Harry Potter! —dije mi nombre, después de pensarlo unos segundos.

Silencio.

—Si, Goyle. Tienes toda la razón —puso una mueca de disgusto— ¡San Potter! —dijo con aire despectivo.

 Tienes toda la razón —puso una mueca de disgusto— ¡San Potter! —dijo con aire despectivo

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—¿Qué pasa con Harry? —Avery bajó por unas escaleras.

—Oh, nada. Y ahora lo creen el heredero de Slytherin —volvió a mirarnos.

—A mí también, te lo recuerdo —ella se sentó a un lado de Lastrange en una mesa.

Se estaba comportando muy extraño con Malfoy y Lastrange, casi parecía que se trataban.

—Pero, ¿Tú sabes quién es el culpable? —pregunté.

—No lo sé, Goyle. Te lo dije ayer —se acercó a la mesa donde estaba mi hermana— ¿Debo repetirtelo?

Tomó una caja de regalo envuelta de papel plateado, lo sacudió en su oído para ver si escuchaba que era.

—¿Esto es tuyo? —nos preguntó y yo negué.

—¡Deja eso ahí! —le riñó mi hermana, mientras se levantaba y le quitaba la pequeña caja— Es mi regalo.

Me dió un vuelco el corazón.

¿Cómo que su regalo?

—¿Por qué no me lo dejas? Es mío —Draco frunció el entrecejo.

—Porque no, ahora no.

¿Le compró un regalo a Draco Malfoy?

Miré a Ron, también los estaba mirando con la boca completamente abierta y los ojos completamente redondos.

—Entonces no te daré el tuyo —sentenció Malfoy.

—No me vas a convencer, rubio —le dijo ella.

¿Cómo se reacciona a esto?

—Agh, como sea —Malfoy le hizo mala cara y nos miró— ¿Qué les pasa? Están actuando muy extraño ustedes dos.

—Comimos mucho —respondió Ron, con voz fingida de Crabbe— No pasa nada.

Si, claro, nada.

¡Solo es hecho de que te llevas bien con mi hermana!

—Mi padre me dijo que hace cincuenta años desde que la cámara fue abierta. No me dijo quien fue, solo que lo expulsaron —nos platicó Malfoy— Y la última vez que abrieron la cámara murió un sangre sucia.

Avery lo escuchaba muy atenta, al igual que nosotros. Malfoy se sentó de nuevo en el sillón y Avery se fue a la parte de atrás de él, recargandose en el respaldo.

—Así que es cuestión de tiempo para que otro muera, la verdad, espero que sea Granger —Malfoy sonrió.

Ron casi se levantaba a golpearlo, de no ser porque Avery lo hizo antes.

—¡No vuelvas a bromear con eso! —le gritó, después de darle una bofetada en la nuca— Puedo soportar que te burles de ellos y los molestes, pero desearle la muerte a mi amiga es pasarse de la raya, Malfoy —dijo intimidante— ¡Si vuelvo a oír que dices algo así, me voy a olvidar que somos amigos y te voy a dejar de hablar! Estás advertido —lo apuntó con su dedo índice.

Creo que de no ser por la última frase, no habría caído en cuenta de lo que tenía frente a mis ojos.

¿Cómo no lo ví antes? Es cierto, son amigos. Mi hermana y esa escoria de Malfoy. Eso es traición.

Sentía en el estómago una presión, como esas veces que me enojaba tanto con mis tíos cuando nos gritaban que me tenía que aguantar de todo para no reclamarles. Así lo sentía.

—Está bien, perdona, solo estaba bromeando —se disculpó él.

—Pues no me dió risa —ella se volteó y volvió a la mesa con Luke, que había estado observando.

—Que coraje —me susurró Ron, se escuchaba molesto— ¿Escuchaste? ¡Son amigos! Y quien sabe desde cuando.

—Lo sé, no se lo voy a perdonar —le susurré de vuelta— Nunca.

Otra Versión De La Historia. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora