Capítulo 20: Regalo de despedida

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- ¿Qué ha pasado? ¿Lo habéis hecho? – me pregunta bajito Hermione cuando me siento en el sitio que me ha reservado a su lado en la mesa.

- Si ya somos hermanos – le confieso feliz.

- ¿Qué? ¿Hermanos? – me pregunta y me mira con cara de confusión.

- Un pacto de sangre – le digo mostrándole por debajo de la mesa el vial.

- ¿En serio? – me mira con los ojos como platos. – Ese hechizo es muy peligroso – me dice asustada.

- Lo sé por eso tuvimos ayuda de un adulto – le digo guardando el pacto.

- ¿Dumbledore? ¿La profesora McGonagall? – me pregunta curiosa.

- No y no Ya se lo contare más adelante y por cierto esto que no salga de aquí. Confío en ti – le digo y ella asiente con la cabeza.

Cuando terminamos de comer salimos del salón y nos dirigimos a nuestra sala común.

- Tengo que hacer algo nos vemos luego – les digo a los tres y Hermione y Ron asiente y traspasan el cuadro de la señora gorda.

- ¿Dónde vas? – me pregunta Harry preocupado cuando estamos solos.

- ¿Ya vas a empezar a controlarme, hermanito? – le pregunto irónica y él sonríe contento. – ¡Eres un cielo! – le digo mientras le doy un abrazo correspondido.

- Tengo que despedirme de Draco si no voy a la cita vendrá a buscarme y me llevará a rastras – le digo sonriendo divertida.

- No puedes contarle - me previene Harry.

- Lo sé lo sé tranquilo. Eso es algo que tiene que hacer su madre – le recuerdo moviendo las manos para que se calme.

- ¡Vale! Pero ten cuidado con él es un mal bicho – me indica.

- Lo es pero es mi mal bicho – le digo poniendo el dedo índice sobre mis labios para que guarde el secreto mientras camino lentamente hacia atrás para irme. Harry sonríe y se va tras el cuadro.

Me encamino hacia la Torre de Astronomía, un lugar al que nunca he ido antes, y he tenido que pedir indicaciones a mi GPS (Hermione Granger) para llegar.

Una vez llego a la torre, compruebo detenidamente que no hay nadie, cosa que me cuesta un poco debido a la poca visibilidad que hay por la escasa luz que entra de fuera. Está todo a oscuras y la única luz que ilumina la sala es la de la luna. Una vez mi vista se acostumbra a la oscuridad puedo ver un poco el suelo de madera, con unas líneas que simulan un reloj solar. En el centro del suelo hay una especie de circunferencias metálicas simulando un sistema solar y en el techo hay otro más grande. Tiene como tres balcones donde se puede observar perfectamente el cielo.

Un escalofrío se apodera de mí al asomarme al balcón por donde Dumbledore caerá el próximo año muerto a manos de Snape.

- ¡Ah! – grito al sentir como una mano me agarra por la cintura. Automáticamente otra mano ahoga mi grito pegándola a mi boca.

- ¡Shhh! No grites soy yo – escucho decir a Draco en mi oído, pero los latidos de mi corazón no aminoran. - ¡Has venido! – me susurra de nuevo sin quitar su mano-mordaza.

Siento su aliento rozar mi cuello y como su mano deja mi boca para bajar hasta mi garganta. Me la sujeta con firmeza, haciendo que mi cabeza este un poco inclinada hacia atrás. Un beso húmedo en mi cuello me provoca escalofríos, que se van intensificando con cada contacto de sus labios sobre mi piel.

- Si Tenemos que hablar – le informo agarrando la mano que tiene en mi cuello para que me suelte.

- Yo no he venido a hablar – dice sobre mi piel sin dejar de besarme.

A través del Multiverso (Draco)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora