Capítulo 17: Hidromiel mortal

38 5 1
                                    

Tras el ataque a la Madriguera, los Weasley deciden junto a Harry, trasladarse a la casa de Sirius en Londres hasta que rehabiliten la suya y sea acta para vivir de nuevo. Calculan que llevará meses la restauración, pero no se desaniman. Yo decido regresar a Hogwarts con mi tía, la cual está muy preocupada desde que se enteró de lo sucedido y cree que el lugar más seguro para mí, en este momento, es la escuela.

Al final paso las fiestas sola Bueno, no tan sola, está mi tía, Hagrid y otros profesores, entre ellos Snape.

- ¿Estas bien? – me preguntó Severus en cuando aparecí en la chimenea de Hogwarts.

- Sí, estoy bien – le aseguré al ver su cara de preocupación.

- No debería salir de Hogwarts de ahora en adelante – le insinuó a mi tía la cual asintió.

- ¿Qué? ¿Por qué? – le pregunté incrédula de que no tenga más fe en mis cualidades.

- Es muy peligroso Les está siendo muy fácil llegar hasta ti – me indicó y no tuve más remedio que darle la razón, así que me temo que permaneceré recluida en Hogwarts todo el verano.

Por fin llegan los alumnos para comenzar el siguiente trimestre. Harry me cuenta como ha sido regresar a la casa Black sin Sirius y la tristeza lo envuelve. Hermione sigue cabreada con Ron por seguir con Lavender y Draco no me quita los ojos de encima desde la distancia.

El primer día de clases me cuesta levantarme después de hacer el vago durante tanto tiempo. Me ducho, me pongo el uniforme y salgo con Hermione para ir al comedor para desayunar. Harry aparece justo cuando terminamos y come sus cereales a toda velocidad. Tras el desayuno nos dirigimos a nuestras respectivas clases.

Cuando llega el descanso, nos reunimos en uno de los pasillos concurridos de alumnos. Hermione lleva en la mano El Profeta, el cual ha sustraído del comedor para poder leerlo con tranquilidad. En él aparece en primera página la noticia:

Titular

Continúan las desapariciones en el Ministerio

Como foto principal aparece la imagen de Mafalda Hopkirk.

- Es tan fácil para ellos llegar hasta vosotros – nos reprocha la castaña con casi las mismas palabras que me dijo Snape. - Habéis tenido mucha suerte de no morir. – continua con la cantinela.

- No quieren matarnos de momento – le protesto a la chica que me mira exasperada.

- Tus actos son de una inconsciente, Sophi – me regaña dejándome de piedra.

- Y tú tienes que asumir quien eres, Harry – le insiste Hermione al chico.

- Sé quién soy, Hermione, ¿vale? – le dice el moreno levantando un poco la voz. - Perdona – se arrepiente rápido.

Nos acercamos a Ron que se encuentra con Lavender cerca de un ventanal. Ambos están tonteando.

- Lavender, vamos Claro que me lo pondré – le promete el pelirrojo a la tonta que parece que le coloca algo en el cuello.

- Ese es mi Ro-Ro – le dice la chica abrazándolo por el cuello desde atrás y dándole un besito en la mejilla.

- Perdonad, tengo que vomitar – nos suelta Hermione marchándose por donde hemos venido y se libra de ver a Lavender subida en la espalda de Ron.

El día pasa sin ninguna novedad para mí, aunque sí sé que para Harry no ha sido igual. Dumbledore lo ha llamado a su despacho para enseñarle un recuerdo falso de Slughorn y para presionarlo para que lo persiga hasta que le cuente el recuerdo real. También sé que mi hermano ha intentado sonsacarle después de su última clase y otra vez llamando a la puerta de su despacho. Todo ello sin éxito.

A través del Multiverso (Draco)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora