Capítulo 23: La Primera Cena

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Snape es el que ha venido por mí de nuevo. Cuando ha abierto la puerta de la habitación y me ha visto, ha mostrado sorpresa.

- Demasiado ¿verdad? - le pregunto y me miro el vestido como si fuera un cachorrito persiguiendo su cola. - Narcissa quiere que lo use - me quejo.

El susodicho vestido rojo es de manga estrecha y larga. El escote es recto con los hombros descubiertos. Se ajusta hasta la cintura donde lleva un lazo ancho como cinturón y la falda es de vuelo hasta por debajo de las rodillas. Me he puesto unos zapatos rojos con un tacón no muy alto y el cabello medio recogido en una especie de cola cogido con un pasador, que deja los rizos caer es cascada por la espalda.

- El color rojo te sienta bien. Estas muy... elegante - me dice finalmente mirándome de arriba abajo.

- Vale... Me lo cambio - le digo mientras me acerco al armario.

- No hay tiempo y si Narcissa te ha indicado que lleves este vestido... deberás hacerlo - me aconseja y me señala la puerta con la mano para que nos vayamos.

Respiro hondo resignada y me encamino hacia la puerta para salir al pasillo. Camino junto a Snape y cuando estamos cerca del comedor, vuelve a tomarme del brazo igual que hizo esta mañana. Entramos en la sala y las sillas vuelven a estar ocupadas, pero esta vez, no al completo. Faltan los tres mortífagos que Voldemort envió a la Colonia de Gigantes, lo que me hace sospechar que debe estar lejos si aún no han regresado. Llegamos hasta las dos sillas vacías cerca de Lord Voldemort y noto como todas las miradas están centradas en mi persona.

- ¡Buen trabajo! - escucho decir a Bellatrix.

La miro y veo como le sonríe y le guiña un ojo a su hermana, la cual le brinda una sonrisa cómplice.

- ¡Buenas noches, Srta. Queen! - exclama Lord Voldemort levantándose de su silla para acercarse. - Esta noche estáis... arrebatadora - me alaga y, sin previo aviso, coge mi mano y la besa, dejándome confusa y asqueada.

- ¡Ven, Draco! - exclama mirando al chico. - Ven a saludar a tu prometida debidamente - le dice al rubio para que se acerque.

Tenso, el rubio oxigenado se pone en pie y rodea las sillas para llegar hasta nosotros. Observo que lleva puesto el traje negro que su madre sacó del armario, el cual lo hace ver tan elegante y atractivo como siempre.

Tiro un poco de mi mano para liberarla ya que el Señor Oscuro me la sigue sujetando, pero noto resistencia por su parte antes de soltarme. Retrocedo unos pasos cuando el rubio ya se encuentra a menos de un metro de mí, pero una mano en mi espalda me detiene. Giro la cabeza para descubrir que es Snape, el cual me empuja hacia delante, lanzándome a los brazos de Draco.

El rubio no desaprovecha la oportunidad y me agarra por la cintura con una mano y con la otra por la nuca para inmovilizarme. Su boca asalta la mía de forma salvaje y su lengua se introduce en mi cavidad de forma agresiva y posesiva. Mis manos, que automáticamente se habían colocado en su pecho, lo empujan mientras me retuerzo para soltarme, pero lo único que consigo es que ejerza más presión sobre mí pegándome más a su cuerpo. Me empieza a faltar el aire en los pulmones y las mariposas se han revolucionado en mi entrepierna al notar un duro bulto en mi bajo vientre.

Me parece que ha pasado una eternidad cuando Draco da por terminado el beso. Lo empujo con fuerza para alejarlo, consiguiendo que me suelte y se quede a medio metro frente a mí. Ambos respiramos con dificultad mientras nos miramos desafiantes a los ojos. Mientras mis ojos le indican que le daría una hostia bien dada, los suyos me indican que volvería a hacerlo sin pensarlo.

- Deliciosa, ¿verdad? - le pregunta Voldemort a Draco, el cual lo mira nervioso.

- Si... deliciosa - le responde con dificultad y vuelve a mirarme.

A través del Multiverso (Draco)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora