Capítulo 21: Clases particulares

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Segundo día de vacaciones y ya me quiero morir. Hogwarts esta desolado, solo los fantasmas pasean por los pasillos del castillo además de mí, que camino hacia el comedor para desayunar. Me siento en la mesa de profesores como cada verano ya que son pocos los que quedan aún. Mi tía dice que nos iremos a la casa de campo en una semana, así que intentaré distraerme leyendo, hablando con Myrtle en el baño de la segunda planta, viendo Netflix, tomando el té con Hagrid y hablando por WhatsApp con Sahra y Harry.
- Ven a mi despacho en cuanto termines de desayunar – me ordena Dumbledore en cuanto se levanta de la mesa.
- Vale... - le digo extrañada debido a la mirada que me ha lanzado.
Salgo del gran comedor y me dirijo a su despacho, recorriendo el castillo hasta llegar al grifo. Subo las escaleras después de decir la contraseña y llamo a la puerta. Un "adelante" me da acceso y entro, no sin antes, tomar aire para tranquilizarme. Al abrir la puerta me encuentro a Dumbledore sentado sobre su escritorio. Mi tía y Snape están de pie a su izquierda. No sé porque esto me huele a bronca.
- Acércate Sophi – me ordena Dumbledore amablemente.
Lo hago con timidez. Mis sentidos están alerta para ver por donde me van a llegar los gritos. El silencio y sus miradas me crispa los nervios en cuanto llego hasta ellos.
- Un pacto de sangre – me suelta Dumbledore muy sereno y se me corta la respiración. Miro a Snape con reproche y él solo me mira serio. – Menos mal que es con Harry – dice aliviado. - ¿Cómo se te ha ocurrido algo así? – me pregunta curioso.
- Usted me dio la idea – le respondo y él me mira confuso al igual que mi tía. – Su pacto de sangre con su amigo Grindelwald – le aclaro encogiéndome de hombros.
Dumbledore me mira asombrado y mi tía expresa no entender nada.
- Pues como sabrás... no termino bien – me aclara y yo asiento con la cabeza.
- ¡Pero es Harry! – le digo sonriendo y él también sonríe.
- Deberías habérmelo dicho – me reprocha mi tía.
- ¿Para qué? No me lo hubieras permitido – le contesto sincera.
- Por supuesto que no te lo hubiera permitido – me dice y después suspira tomando paciencia.
- Perdóname – le suplico sincera. – Pero los dos lo necesitábamos –
Ella abre sus brazos y yo corro a abrazarla. Creo que esto significa que me ha perdonado.
- Bien... cambiando de tema – sugiere el director. – Vi lo que hiciste en el Ministerio – me dice y me suelto de mi tía al instante. La miro nerviosa y ella asiente con una sonrisa.
- ¿Qué fue lo que vio exactamente? – le pregunto para no meter la pata.
- Un escudo protector... un hechizo Patronus no verbal y sin varita... ¡Asombroso! – dice Dumbledore con una sonrisa.
- ¡Ah, eso! – le digo pensativa.
- ¿Lo habías hecho antes? – me pregunta mi tía expectante.
- No – le respondo y se miran entre ellos. – Fue verbal y con varita... la de Neville para ser exactos – les explico.
- ¿Un Patronus de cuerpo entero? – me pregunta Dumbledore.
- Si – le respondo nerviosa.
- ¿Qué forma tiene tu Patronus? – vuelve a preguntar curioso.
- Un dragón – le contesto esperando una explicación.
- No sé de nadie que haya convocado un dragón en su Patronus. Es inusual – me comenta el director.
- El suyo también es inusual – le protesto y él sonríe.
- Tus poderes van en aumento y sería bueno saber hasta dónde llegan. Debes aprender a controlarlos, te serán útiles para defenderte de Tom – me explica Dumbledore, dejándome sorprendida. – Hemos decidido que durante esta semana recibirás clases intensivas de Severus – me indica y miro al profesor Snape, el cual sonríe levemente.
- ¿Qué? ¡No! ¡Va a torturarme! – me quejo mirando a Dumbledore y a mi tía respectivamente.
- Siempre acudes a él... será por algo – me dice el director sonriendo.
- ¡Touché! – exclamo mirándolo.
- Empezaremos las clases esta tarde – me anuncia Snape. – Y a partir de ahí las clases serán mañana y tarde hasta que te marches – termina diciendo y lo miro con los ojos como platos.
-  Ahora entiendo la palabra "intensivas" – me quejo y Dumbledore y mi tía se ríen.
- ¡Vamos mi niña! Descansa ahora porque el entrenamiento será duro – me advierte mi tía mientras rodea mis hombros con su brazo y nos dirigimos a la puerta.
- Por cierto, Srta. Queen – me llama Snape y me giro para mirarlo. – Traiga su varita –
- Claro – le contesto con una leve sonrisa y salgo con mi tía por la puerta.
- Es especial y poderosa – oigo decir a Dumbledore dentro del despacho.
- Y eso la convierte en un arma peligrosa en manos del Sr. Tenebroso – oigo decir a Snape.
- Lo sé, amigo, lo sé – oigo decir a lo lejos a Dumbledore.
Una vez bajamos las escaleras me despido de mi tía y me marcho a mi habitación, quiero descansar un poco y desconectar, así que me pongo una serie en el portátil.
A la hora de comer bajo al comedor y me siento en la mesa como esta mañana. No he dado ni dos bocados de mi postre cuando suena un mensaje en mi móvil. Lo saco de mi bolsillo trasero y veo que es de Harry. Sonrío feliz.

A través del Multiverso (Draco)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora