16. Livin La Vida Loca

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Hermione Granger POV

Finalmente, luego de muchos meses de trabajo, pudimos terminar la poción para revertir los efectos del obliviate que le lancé a mis padres.
Me arrojé a los brazos de mi amado esposo, cuya ayuda fue indispensable para lograrlo, lo llené de besos y le agradecí infinitamente.
Ese fin de semana, salimos a celebrar en Hogsmeade.

El lunes, la directora nos llamo a su despacho a los dos.

Draco trago grueso, se sentía tremendamente ansioso, y se mordía las uñas. Le dije que no tenía nada de que preocuparse, pues no había hecho nada malo.

Es como si le hubiera hechado más leña al fuego con esa frase. El rubio se puso aún más nervioso si eso era posible. No pude evitar negar con la cabeza mientras me cruzaba de brazos en señal de reproche, por la actitud sospechosa de este hurón.

-¿Me vas a decir que hiciste para que te pongas así de nervioso?.- le pregunté arqueando una ceja.

-Seguro, te lo diré cuando tu me digas para que es esa extraña pomada muggle que te pones todas las noches en los pies.- respondio mirándome con una sonrisita de tremendo hijo su Morgana madre.

Me encrespé y ruboricé violentamente. Esa crema la uso para reducir el olor apestoso de mis pies, un pequeño problemita que tengo desde que comencé la adolescencia. Pero eso no se lo iba a decir, ni aunque me amenacen con cruccios.

-¡No es nada que te importe, Malfoy!.- replique indignada. Eso era invasión a mi privacidad, estaba indignada.

El hurón me sonrió de forma triunfal. Ok, ya entendí el mensaje. Hice un puchero mientras miraba a otro lado.

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Cuando fue la hora, ambos nos encaminamos a la oficina de McGonagall, ella nos dejó pasar y tomamos asiento frente a ella.

Draco sudaba en frío, aunque intentaba mantenerse impasible.

-Bueno jóvenes los he citado aquí por un proposito.- comenzó diciendo la profesora mientras alternaba su mirada desde Draco, hasta mi.

Draco estaba pálido y contuvo el aliento, como si estuviera por zambullirse en el agua.

-Se de su matrimonio.- soltó de golpe.

El hurón se desparramó como helado en su asiento, visiblemente relajado. Diablos, para ser alguien con rostro generalmente impasible, es muy expresivo con su cuerpo.

Luego de distraerme brevemente con el mini espectáculo del huróncito, me gire para ver a mi profesora, quien nos estaba estudiando con la mirada.

-¿Estamos en problemas?.- pregunté ladeando mi cabeza, mientras miraba de reojo a mi esposo, quien nuevamente estaba tenso.

-No, ustedes son mayores de edad después de todo.-

El hurón se volvió a relajar.

Quise reír, pero me contuve de hacerlo, me estaba tentando de molestarlo aún más, esto era divertido.

-Lo que quería hablar con ustedes, es sobre cómo fue registrado su matrimiono.-

Ahí estaba de nuevo el Hurón tenso.

-Oh, había un registro de color rojo, en la biblioteca de matrimonios constatados por sangre, senti curiosidad y me puse a verlo.- respondí de lo más natural.

Draco estaba al borde de un cortocircuito mental, ya debería dejar de jugar así con el pobrecito, pero es que es tan adorable que me dan ganas de molestarlo más, pensé mientras la profesora nos estudiaba con la mirada.

Mᴇ Cᴀsᴇ́ Cᴏɴ Mɪ Eɴᴇᴍɪɢᴀ (Dramione)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora