Más que un original. Alina Libro #2. (Elijah y Klaus Mikaelson)

Capítulo 42: Josephine Larue

Salí sonriendo dejando a Kol siguiendo leyendo mi grimorio, para luego ir a mi habitación, a ordenar un poco mis cosas que aun estaban en las maletas…

En momentos como este extrañaba la súper velocidad para hacer estas cosas, ya que al terminar estaba exhausta y agotada, más de lo que alguna vez estuve. Y ya que no tenía nada mejor que hacer, me acosté en mi cama antes de caer en un profundo sueño…

—Ali, despierta…—escuché que alguien me llamaba a lo lejos por lo que me comencé a salir un poco de los brazos de Morfeo.

—Mmm—solté sin quererme despertar…

—Alina, nos están esperando…, es hora de despertar—soltó aquella voz, haciéndome abrir los ojos de mala ganas.

—Elijah— solté al verlo sentado a mi lado, con un traje diferente al que le había quitado—. ¿Qué pasa?, estaba descansando.

—Es sobre el ataque a mi hermana…—soltó haciéndome terminar de despertarme—. Buscaban a la dueña del cuerpo, creían que era ella…

— ¿Entonces? —pregunté bostezando.

— Necesito averiguar quién lo hizo, y para eso necesito tu ayuda…—respondió sonriéndome por lo que lo miré extrañada.

— ¿Mi ayuda porque o qué? —solté sentándome y cruzar los brazos encima de mi pecho.

—Puede que haya una bruja que pueda ayudarme, es la financia la cabaña Fauline, en donde estaba encerrada Reebekah, y puede que conozca a la dueña de su nuevo cuerpo…—respondió antes de que le interrumpiera.

— Bien, ve, yo me quedo, no me agradan mucho las brujas de esta ciudad…—solté sinceramente por lo que rió.

—Veras Alina, Josephine Larue no es una bruja cualquiera, es la matriarca de un aquelarre a las afueras del barrio—soltó sin aun entender porque necesitaba mi ayuda—. Y odia a los vampiros…—terminó de decir por lo que le miré incrédulamente.

—Es entendible, lo que no lo es, es porque tengo que ir yo…—solté sinceramente por lo que me sonrió.

— Me dio una cita, con la promesa de que una nueva bruja en la ciudad quería verla…—respondió sonriéndome, genial, me han vendido…

— ¿Le dijiste por si acaso quien era? —le pregunté seriamente y para mi sorpresa negó.

—No tenía que saberlo—soltó antes de ir a mi closet y sacar un hermoso vestido corto y negro—. Es lo que usarás para ir con ella…—dijo sonriendo por lo que negué riendo.

— ¿Qué te hace pensar que iré?, aun no te doy una respuesta…—solté burlonamente para en menos de un segundo aparecer en frente de mí.

—Reebekah es parte de esta familia, y siempre has protegido a nuestra familia…—soltó antes de besarme—. Además si hubieras querido negarte, lo hubieras hecho mucho antes de explicarte alguna cosa…— dijo riendo al terminar el beso.

—A veces odio lo mucho que me conoces…—solté de malas ganas levantándome de la cama, y él arrojarme de repente hacia él.

— Amas que te conozca…—soltó antes de besarme y sonreírme—. Te dejaré para que te vistas, si sigo aquí, perderemos la cita…—dijo antes de desaparecer.

Aun no estaba segura con esta cita, pero aun así me desvestí rápidamente para luego ponerme el vestido, unos zapatos negros de tacón, y recoger mi pelo. Al verme en el espejo sonreí al ver el resultado, me veía elegante, sexy, y poderosa, por lo que me puse un poco de maquillaje antes de salir de la habitación, encontrándome con Elijah en la puerta principal.