Más que un original. Alina Libro #2. (Elijah y Klaus Mikaelson)

Capitulo 11: misión; rescate de los lobitos.

Increíblemente ninguno de los dos me siguió para hacerme cambiar de opinión, por lo que en cuanto llegué a mi habitación caí en un sueño profundo…

— ¡Hermano! ¡Niklaus! —fue lo que escuché antes de despertar, algo a lo que me tenía que acostumbrar en esta, era a despertar con algún ruido.

Me desperecé un poco antes de terminar de abrir los ojos, y buscar la razón esta vez de los gritos innecesarios. Sin perder el tiempo, fui al baño que estaba al lado de mi habitación, para luego asearme rápidamente y regresar para vestirme, aunque no contaba con una visita tan temprano.

— ¿eras tú quien gritaba hace un rato? —le pregunté a Elijah, que estaba de pie mirándome.

—Busco a Niklaus, ¿lo has visto? — me preguntó confirmando mi pregunta.

—No, me acabo de levantar gracias a los gritos de alguien— le contesté arrogantemente antes de quitarme la toalla como si nada, y buscar algo que ponerme.

—Lo siento, no fue mi intensión despertarte— dijo un poco nervioso antes de darse la vuelta para no mirarme desnuda, por lo que no pude evitar reír—. Es mejor que me vaya…—soltó de la nada aun notándose nervioso, por lo que volví a reír.

— ¿Qué te ocurre Elijah? —Le pregunté burlonamente cambiando de tema, pero él no contestó ni mucho menos dio la vuelta para verme—. Me has visto millones de veces desnuda, así que deja de fingir que te pongo aun nervioso, no hay nada aquí que no hayas visto antes, ¿o me equivoco?

—Tienes razón— soltó dando al fin la vuelta y mirarme. Pero en menos de un pestañeo se acercó a mí demasiado—. Pero sigues teniendo el mismo efecto en mí que cuando te vi así por primera vez— susurró, para luego acariciar mi mejilla con su mano—. Por esa misma razón es que me alejo—bajó su mano, y dio un paso atrás.

—Elijah…—intenté decir pero apenas me salió un susurro, por lo que di mejor un paso adelante para acercarme a él—. ¿Estás enojado conmigo? —Pregunté de repente sorprendiéndolo totalmente—. ¿Es por eso que estás tan distante?, estás enojado conmigo por mi decisión— terminé de decir sin mirarle a la cara.

—Entiendo completamente tu decisión, fue la mejor que has tomado—contestó sorprendiéndome—. Niklaus y yo solamente terminaremos en malos términos si seguíamos así, así que no estoy enojado contigo— explicó para luego tomar mi barbilla dulcemente y hacerme verlo a los ojos.

— ¿entonces porque estás siendo así conmigo? —pregunté como si nada, sin dejar de verlos a los ojos.

—Intentó cumplir tu decisión, porque lo que más me gustaría ahora es besarte— dijo sonriéndome, por lo que sin importarme nada, me acerqué y lo besé finalmente.

Inesperadamente me correspondió el beso, cortando la poca distancia que había entre los dos, y profundizar el beso. Su mano que no estaba en mi rostro, la colocó con delicadeza en mi cintura, mientras yo le sostenía por el cuello. Por instinto, enrollé mis piernas en su cintura sin dejar de besarle, por lo que él comenzó a caminar conmigo en brazos hasta dejarme caer en mi cama.

Y fue entonces cuando al fin reaccioné, si no paraba esto ahora, sabia como terminaría, por lo que con mucho pesar terminé el beso.

—Esto está mal— apenas dije aun agitada, mientras él no dejaba de mirarme algo culpable.

—lo sé, lo siento, no debí…—intentó levantarse mientras se excusa, pero lo sostuve por la corbata, y lo arrojé de nuevo a mi cama, antes de darle un corto beso.

—no eso, primero es mi culpa, y segundo no sabes cuánto quiero esto— dije antes de que sacará malas conclusiones—. Lo que está mal, es que ahora no es el momento, estamos en medio de una guerra y…—esta vez me interrumpió a mí.