Más que un original. Alina Libro #2. (Elijah y Klaus Mikaelson)

Capitulo 9: Dramas familiares

No tocamos de nuevo ese tema, ya que él tenía razón y no se molestaba con ello, yo no tenía razones para seguir con el tema. Elijah aun no regresaba, por lo que me quedé con Nik arreglando todo para la cena de esta noche.

—Supongo que dejar vivir a Oliver salió bien— soltó la hibrida olvidada mientras entraba en donde nosotros estábamos organizando todo, por lo que le miramos extrañados—.  Me acaba de informar de que tu madre tiene otra compañera, otra bruja.

—perfecto, supongo que ella solo no es suficiente amenaza— solté con rabia.

—Parece que no, está construyendo alianzas en su búsqueda para destruirnos, imagino—dijo Nik concordando conmigo mientras Hayley nos miraba extrañados.

— ¿Por qué te odia tanto, Klaus? —preguntó de repente Hayley, una pregunta que no me había atrevido a preguntar antes, pues la última vez que la vi lo había amado más que a nada—. Tuvo seis hijos. No es como si no tuviera instinto maternal—terminó de decir teniendo toda la razón.

—Siete, en realidad, y creo que un tiempo nos quiso muchísimo. Uno murió antes de que yo naciera—le corrigió Nik, sorprendiéndome un poco.

—No sabía eso—solté como si nada, pues nunca me había contado aquello.

—Años después, mi hermano Henrik fue asesinado por los hombres lobos en nuestra aldea. La pérdida de otro hijo puso a mi madre al borde del precipicio. Así que usó su magia para hacernos inmortales. Creo que ahí fue cuando más nos quiso, pero fue su perdición. Desató una serie de eventos que llevaron a revelar su secreto mejor guardado. Mi padre biológico era el hombre lobo cuya manada mató a mi hermano pequeño. Por supuesto, cuando Mikael se enteró mató a mi verdadero padre, y así mi madre también perdió a su amante— explicó Nik dejándome un poco sorprendida, pues aunque nunca le había preguntado sobre ello, él tampoco me había contado esto.

—Nunca me contaste eso…—apenas dije pues aun estaba sorprendida. Mientras Hayley se fue dejándonos solo, al parecer sabio cuando sobraba.

—Nunca preguntaste— dijo el seriamente, mientras me daba la espalda y se alejaba.

—con esto la entiendo un poco, cuando tuve a dejar a mi pequeño, contaba cada cumpleaños que tuvo, hasta que pasaron de un siglo y comencé a llorar ese día porque sabía que debía estar muerto— le dije sinceramente, por lo que se volteó mirándome algo triste y tal vez culpable.

—Lo siento love…—se intentó disculpar pero negué rápidamente.

—Ya te he perdonado por eso Nik— dije sonriéndole—. Aunque ahora que lo pienso, debe ser igual de duro haber para ti dejado ir a Hope— solté mencionándola por primera vez desde que volví.

— ¿Cómo estaba la última vez que la viste? —preguntó algo triste por lo que me le acerqué y le acaricié el rostro.

—Hermosa como tú, y le prometí que la próxima vez que la viera, le devolvería a su padre— le respondí con los ojos algo aguados a punto de llorar, pero el igual me sonrió antes de besarme. Era un beso lleno de miedo y necesidad, uno que ambos necesitábamos, pues nos necesitábamos entre nosotros.

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No tocamos el tema de nuevo, pues estaba más que concluido. Por otra parte Elijah había vuelto a casa, aunque no sé donde exactamente había estado, pero según lo que nos dijo, había encontrado una bruja para hacer un hechizo para saber cuál sería el próximo cuerpo que poseería. Para esto necesitaba algo que Esther hubiera hechizado, por lo que Nik se había ido a buscar un collar que le había dado ella, que justamente le había regalado a Marcel.