Prólogo

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—Alina—saludó una voz desconocida—, me alegra que hayas contestado, tenemos mucho de hablar y ponernos al tanto—dijo como si nada una chica del otro lado de la línea, hablaba como si me conociera, aunque no tenía ni idea de quien se trataba. Reebekah me miró esperando una explicación, pero sólo me encogí de hombros.

— ¿se puede saber con quién hablo primero? —Dije seriamente y pude oír una risa del otro lado de la línea.

Cierto, que descortés soy—dijo ella— es Esther— soltó de repente mientras me había puesto blanca del susto, y Reebekah también me miraba asustada.

— ¿Acaso es una broma de mal gusto? —pregunté un poco molesta y pude escuchar una pequeña risa del otro lado de la línea.

—lamentablemente no, soy yo, necesito tu ayuda— dijo como si nada, aunque aún no le creía absolutamente nada, por lo que me quedé en silencio—, sé que crees que estoy muerta, también que Damon fue quien te lo dijo, y que nadie sabe esto— se explicó y comencé a creer que en serio era ella, mientras Reebekah me miraba asustada y molesta.

— ¿Qué quieres? —pregunté con odio, porque estaba segura que su llegada estaba vinculada a hacerle daño a Nik.

—Ya te dije, tu ayuda—respondió tranquilamente con esa paciencia que recordaba que siempre tenía.

— ¿Ayuda con que o qué? —pregunté con curiosidad.

—Algo en lo que eras buena la última vez que te vi, magia—respondió seriamente pero sólo reí con tal estupidez.

— ¿magia?, tal vez se te ha olvidado pero soy un vampiro, y no hago magia desde hace siglos, así que creo que estás perdiendo tu tiempo— me burlé descaradamente y escuché de nuevo su risa aniñada del otro lado de la línea.

—No lo olvidé, aunque tu condición es más complicada que un simple vampiro— explicó dejándome sin entender nada—, sé no me creerás, pero tienes que hacerlo cuando te digo que aún tienes tu poderosa magia.

—No sé qué broma me estás jugando, Esther o quien fuera que fueses, pero todo ser sobrenatural sabe que un vampiro no puede hacer magia— dije hastiada de tantas incoherencias juntas.

—Tienes y no tienes razón, los vampiros no pueden hacer magia, es cierto— vez, lo sabia—, pero es que tú no eres un vampiro— soltó si nada, y antes de que pregunte algo mas se me adelantó—. Te preguntarás que como entonces puedes tener tantos años viva, la respuesta es sencilla, el hechizo que le hice a mis hijos lo modifiqué durante un año, era la única forma de poder cumplir el deseo de Nik y a la vez no enojar a los ancestros al privar a una de las brujas más poderosas de su magia— esta vez me quedé en shock, era imposible lo que decía, tenía que ser alguna trampa de las brujas.

—No es posible…—apenas dije sin poder creerlo—, ¡he durado un milenio sin practicar magia!, si la tuviera lo hubiera sabido, esta mañana lo he intentado, y no funcionó…—grité furiosa pero ella no me dejó terminar de hablar.

—eso fue porque yo lo impedí, ¿no me escuchaste cuando lo intentaste? —preguntó, y tenía razón había escuchado su voz diciendo que no hiciera magia, pero tenía la ilusión de que fuera alguna clase de truco—, no quería que mis hijos supieran la verdad, aunque creo que Elijah tiene cierta sospecha luego de que sobrevivieras a una estaca directo al corazón—dijo como si nada sin entender a que se refería.

— ¿Cuándo? —sólo pregunté.

—En tu lucha en contra los Guerrera, la estaca si llegó a tu corazón, pero no te mató, es una de las ventajas del hechizo, eres casi como mis hijos, no puedes morir con una estaca de madera, y sólo hay algo que puede destruirte y ya no existe— dijo con algo de orgullo en su voz—. Entonces… ¿te unirás a mí? —preguntó aquella cuestión que sabía que era la razón de su amable explicación, pero no iba a caer.

—No— sólo dije antes de colgar, y suspirar.

— ¿le crees? —preguntó Bekah, la cual había olvidado que estaba a mi lado.

—No lo sé,  pero hay una forma de averiguarlo—dije como si nada, y ella me miró extrañada—, haciendo magia—expliqué como si no fuera obvio.

—eso será divertido de ver, cómo te ves ridícula haciendo algo que es imposible— dijo con ironía, aunque le ignoré.

Con cuidado de no hacerle daño a Hope que tenía en mis brazos, comencé. Respiré profundo para poder canalizar mí alrededor, y entonces lo sentí, el poder que arrasaba mis venas, aquel sentimiento de superioridad, de poder sentir todo ser vivo, y poder sacar su esencia vital. Se sentía más inmenso de lo que recordaba, era embriagador, había olvidado cuanto extrañaba esto realmente.

— ¿te encuentras bien? —preguntó Reebekah mirándome extraño.

—Mejor que nunca—respondí sonriendo.

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Holaaa despues de tanto tiempo, no me pude aguantar, y a peticion les subo el prologo, junto a la sipnosis y el booktrailer, espero les guste ;)

Más que un original. Alina Libro #2. (Elijah y Klaus Mikaelson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora