Capítulo 51: I remember

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Solo unos pocos kilómetros fueron necesarios para recordarme algo que jamás debía olvidar. No era vampira, y sé que es obvio, pero toda mi vida me había transportado por el mundo con la compulsión que esta condición me daba, y sin ella tenía que acudir a algo que no tengo, dinero…. Por lo que llamé a la única persona que podía ayudarme y que sabía que también había pensado en ello.

— ¿Ocurrió algo? —preguntó mi hermoso prometido al otro lado de la línea haciéndome sonreír.

—Sí, no tengo dinero, y sin compulsión vampírica no hay mucho que pueda hacer cuando se me acabe la gasolina del auto…—me quejé como niña pequeña, y casi pude jurar que lo escuché reírse del otro lado de la línea.

—Revisa la guantera, hay dinero para ocasiones como esta— soltó riéndose de mí, mientras me ponía a buscar el dichoso dinero, el cual estaba justo donde dijo, de hecho era mucho, de donde lo habrá sacado—. Eso te pasa Alina por no pensar antes de actuar…

—Lo sé, pero por eso tengo un hermoso original que piensa por mí…—dije sonriendo y él volver a reír.

—Buen viaje amor, llámame cuando vengas de regreso…—soltó antes de colgar, por lo que solté una risa mientras conducía sin preocupaciones.

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Tres paradas por combustible, y doce horas conduciendo después llegué al esperado cartel que decía “bienvenido a Mystic Falls”. La próxima vez tomo un vuelo directo, pues este pequeño viaje en auto me había dejado más que exhausta.

Sin desviarme de mi camino en pocos minutos llegué al fin a la enorme mansión Salvatore, la cual estaba como siempre. Sin dudar mucho, estacioné el auto fuera, y fui hacía la entrada antes de tocar el timbre…

—Te tardaste…—soltó Damon al abrir y verme por lo negué sonriendo antes de entrar.

— ¿Tienes alguna idea de lo lejos que está esta ciudad de New Orleans? —Le pregunté retóricamente algo enojada—, déjame responder por ti, a trece horas, tienes suerte de que haya llegado en doce…

— ¿Viniste en auto? —Soltó riéndose, por lo que rodé los ojos—. ¿Por qué no usaste tu velocidad vampírica?, hubieras tardado menos— dije riendo y por supuesto que no se había dado cuenta de obvio, por lo que suspiré antes de lanzarme al sofá de la sala.

—Sencillo, porque ya no soy vampira…—dije callando la risa de Damon, y este sentarse a mi lado sin creerlo.

—No es posible…—soltó incrédulamente por lo que sonreí de lado.

—Escucha mi corazón, su latidos son los bastantes fuertes para que te convenzan— dije poniéndome cómoda, y menos de un segundo su expresión cambiar a una de asombro.

— ¿Cómo…? ¿Acaso había otra cura? —preguntó sin aun claramente creerlo.

—Es una larga historia Damon, pero para resumir, resulta que tenía las habilidades de un vampiro, pero no era uno, Esther, mi querida suegra loca, me lanzó un hechizo, que hace poco eliminó, dejándome como una humana de nuevo…—resumí rápidamente, y si no fuera por mi condición lo hubiera resumido con un vaso de bourbon en mi mano.

—Así que eres humana…—apenas dijo por lo que le vi incrédulamente y negué sonriendo—. Eso dificulta tu ayuda, si vas con Stefan te arrancaría el cuello…—soltó algo preocupado por lo que reí.

—Que sea mortal, no me hace débil, al contrario. He vuelto a ser una bruja poderosa, más poderosa que cualquiera que hayas visto…—dije siendo algo arrogante, pero no importó.

— ¿Una bruja? —preguntó riendo por lo que alcé mi mano y le produje un incesante dolor de cabeza, haciéndolo quejarse hasta que me detuve—. Bien te creo, eres bruja, y no debo cabrearte…

Más que un original. Alina Libro #2. (Elijah y Klaus Mikaelson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora