¿Y si no te vuelvo a ver?
Capítulo 9.
—Cassie Irving—
Lo pensé mucho para ir a la fiesta en casa de Mia, y resulta que un tipo termina por decirme cosas que me hicieron molestar y sentirme sucia. Odio a todos los chicos que piensan que con decirte lo que te quieren hacer en la cama, ya te pueden tener a sus pies. No soporté cuando el chico de la fiesta me empezó a decir todo eso y le di su cachetada, estaba segura de que me la iba a devolver, pero Gales me ayudó y logré salir de allí.
Emilio quería que me viniera, le daba miedo que fuera a tener alguna crisis o que todo resultara mal. Ayer me quedé con Gales por mucho tiempo, y luego me trajo a mi casa. Por primera vez, no terminamos gritándonos en pleno bosque. No sabía que a él también le habían hecho daño, y por más imbécil que sea no me alegro de que lo hayan lastimado. Después de todo, él se había enamorado, le habían roto el corazón.
Miro la foto de papá, y la tomo en mis manos, siempre recuerdo lo felices que éramos y lo emocionada que me ponía cuando llegaba de su trabajo. Papá lo era todo en mi vida, y por eso es que me duele tanto que ya nunca más lo veré. Si yo hubiera podido elegir mi destino, tal vez las cosas serían diferentes. Por mucho tiempo pasé llorando la muerte de papá, y todavía me duele pensar que por unos tipos que pudieron trabajar para conseguir dinero, papá ya no está conmigo.
—Todavía te sigue doliendo la muerte de tu papá, ya pasa la página y haz como si nunca hubiera existido. Tampoco es que haya sido la gran cosa, y te miras muy débil llorándole a una foto que no te lo va a devolver.
Seco mis lágrimas, y siento como si parte de mi pasado hubiera regresado, no es que le tenga miedo, solo que por ella también soy la chica en la que me he convertido. Le dije que no la quería ver más en mi vida, y no sé qué busca en mi casa. Mamá no sabe que mi prima Darsy se acostaba con mi novio, y es por esa razón que la ha dejado pasar. Yo no la soporto.
—Sal de mi habitación, ahora.
Empieza a mirar todo, con esa sonrisa burlesca que tanto me molesta.
—Ay prima, todavía sigues enojada por lo que pasó hace unos meses. En serio, eso no fue nada importante, no tengo culpa que tu exnovio se haya fijado en mí. Y es que mírate, y mírame, soy el doble de guapa y segura que tú, era obvio que me buscaría.
—No es que esté enojada, simplemente no quiero escombros en mi habitación —me levanto de la cama, y me queda viendo—. Tú sabías que yo lo quería, y te valió. Me escuchabas hablar de lo que sentía, y te dio igual meterte en mi relación.
—Olvidemos eso y seamos las primas de antes, las que pasaban horas riendo y coqueteando con chicos.
Maldita.
—No me interesa ser tan hipócrita, ya no soy esa chica que conociste, y tampoco me interesa serlo. Tú me traicionaste.
Como veo que no tiene intención de salir, lo haré yo. No soporto su presencia, bastante que lloré porque ella se había metido con mi novio de aquel entonces. Éramos unidas, Darsy sabía todo de mí, y aun así, le valió hacerme a un lado y acostarse con el que era mi novio.
—En la sala de estar está Yulian —me quedo paralizada al escucharla. No creo que su descaro haya sido tanto para venir a mi casa, hace mucho no lo veo y ahora no es el mejor momento. Él conoció una chica hermosa, con carisma y extrovertida, pero ahora ya no hay nada de eso—. Sabía que te ibas a alegrar.
—Los dos se pueden ir a la mierda.
Salgo sin pensarlo. Odio mi vida, y es que nada de esto me ayudará a salir adelante, la llegada de estos dos me hará más daño. La expresión de mi rostro se hace más dura cuando veo a Yulian sentado en uno de los muebles, igual que siempre con su sonrisa radiante y bien vestido. Antes al verlo mi corazón quería salirse de la felicidad que sentía, pero ahora solo me da asco verlo. Tal vez me equivoqué al estar con él, y ahora me pesa que me tuvo a sus pies y me pagó de la peor manera. Hoy, cada tristeza que tengo hiere mi alma, y es que ya son varias las que la vida me ha hecho.
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¿Y si no te vuelvo a ver? ©
Teen FictionAún recuerdo aquella vez que te miré por primera vez, no sabía nada de ti, y aun así, no sentí miedo de estar a solas contigo en aquel lugar. Nunca imaginé que ese sería el comienzo de mi destrucción: y fue el comienzo de un amor que quebró cada ped...