48. Esto no es lo que quiero

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¿Y si no te vuelvo a ver?

Capítulo 48.

—Cassie Irving—

El verdadero dolor no está en dejar ir a la persona que queremos, sino en aceptar que ya no habrá más sonrisas y en superar cada momento que pasamos a su lado. No es fácil luchar contra los recuerdos y que las ganas de llorar te invadan, no es fácil contar las horas para que el dolor se vaya de nuestros cuerpos.

Nunca nadie entenderá lo que es estar sufriendo por amor si no se han quedado dormidos de tanto llorar, si es de madrugada y no pueden dormir porque los recuerdos llenan tu mente.

La vida me ha golpeado tanto que muchas veces pensé que no merecía todo lo que me pasaba, no comprendía nada de lo que sucedía porque no estaba lista para ver cómo se me desvanecía papá en mis brazos. En la vida nos preparamos para tantas cosas, pero nunca para ver morir a alguien que pensábamos que iba a estar con nosotros siempre. Al morir papá supe que todo iba a ser diferente, porque algo en mí cambió ese día, pero jamás creí que al llegar a un pueblo iba a encontrar un amor que me hizo entender lo difícil que es querer soltar y no poder porque cuando sientes que ya lo estás superando aparece en tu vida nuevamente.

Tal vez, soy una rosa llena de espinas en medio de un bello jardín.

Coloqué mil barreras para no estar cerca de Gales, y un día por dejar que todo siguiera su rumbo salí lastimada. Sí han pasado los meses, pero todavía sigo pensando en Gales, en sus besos y en la manera que me hacía reír cuando estábamos juntos.

Jamás podré entender cómo una persona puede ser la droga más adictiva de otra persona, cómo se puede querer a alguien que no lleva tu sangre y cómo puedes extrañar a la persona que te rompió las ilusiones.

—¿Estás segura de que quieres verla? Darsy no está bien y puede decir cosas ofensivas para herirte.

—Yo soy a prueba de balas, mamá.

Entiendo perfectamente lo que está pasando Darsy, no es fácil perder a alguien que ha estado para nosotros siempre, que por más discusiones y rabietas ha estado ahí. Ayer en la noche nos enteramos de que mi tía había tenido un accidente y no resistió la operación porque estaba muy débil. Darsy está devastada y la comprendo.

—Qué ironía la vida, ¿no? —Mamá se me acerca y me acaricia la cara—. Tantas veces que Darsy se burló de ti por llorar a tu papá y ahora eres tú la que quieres hablar con ella para hacerla sentir bien.

—Ella misma sembró odio en su corazón y yo decidí no hacer lo mismo.

Le doy un beso en la frente y empujo la puerta del cuarto donde tienen a mi tía. Todavía sigue en el hospital. Darsy tiene la cabeza recostada al regazo de su mamá, debe sentirse muy mal.

—Yo sé cuánto te debe estar doliendo esto, no es fácil saber que ya no veremos más a alguien que amamos —hablo, y ella no se mueve, solo escucho su llanto—. Siento que hayas perdido a tu mamá, yo sé que debes estar mal y por eso estoy aquí. Si quieres llorar puedes hacerlo, te vas a sentir más aliviada.

Levanta su cabeza y me mira.

—¿Vienes a reírte de mí como lo hacía yo cuando te veía llorando por tu papá? Puedes hacerlo.

—Yo no soy como tú.

—No quiero que estés aquí, Cassie, no quiero tu lástima. No soporto saber que tú como siempre terminas teniendo todo lo que yo no —se pone de pie—. Quiero que te vayas.

—¿Por qué no aceptas que estás mal? Perder a uno de los papás no es fácil.

—¡Porque no quiero verme débil ante nadie! Necesito que salgas y no regreses más, no soporto tenerte cerca, no me gusta ni siquiera oler tu perfume —tiene sus ojos enrojecidos—. Nunca podré perdonarte que siempre hayas sido mejor que yo, que aun siendo más bonita que tú todos hayan estado para ti. Y que tú sí hayas tenido una familia y yo no, porque ni mi papá me quiso.

¿Y si no te vuelvo a ver? ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora