24. ¿Sí o no?

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¿Y si no te vuelvo a ver?

Capítulo 24.

—Gales Jurek—

—Ay ya, en serio que ustedes aburren, no se van a morir porque Cassie no venga a Unicars’P. Tampoco es el fin del mundo.

Ernesto no ha parado de quejarse por los lamentos de las chicas, ellas siguen sin aceptar que Cassie no viene a la ciudad. Les pregunté el por qué no vendría y solo guardaron silencio.

—No te vayas a quedar ahora, te estoy vigilando.

—Ya te escuché, Emilio.

Me bajo del auto y Cassie está de pie en la puerta de su casa. Se estaba despidiendo de las chicas, y creo que es mi turno. Con solo verla recuerdo lo que pasó en la cocina y cómo la dejé iniciada. Ella me las debía, en la llamada colgó sin decirme nada.

—¿En serio no vienes? —Cuestiono, queriendo tomar su mano y no lo hago porque están los chicos. No quiero hacerla sentir incómoda—. Podrías ir, estás a tiempo de cambiar de opinión.

Me mira. —No puedo ir, ya te lo he dicho en estos días que han pasado. Vez tú, disfruta.

—Creí que íbamos a ir juntos.

—Será para la próxima, ¿ok? —Me guiñe un ojo.

—¡Gales, ya muévelo! —El grito de Ernesto nos hace voltear—. ¡Deja a Cassie ahí! ¡Vamos!

—Que no se note que le caigo mal —sonríe—. Ándale con ellos, te están esperando.

—Te cuidas, y por favor no me andes llamando, olvida que Hairéth, Darsy y otras chicas irán. Cero celos.

—No soy celosa. Ya vete.

Me acerco un poco. —Te besaría, pero están los… —me sorprende, besando mis labios.

Me empuja. —Ahora sí, largo de aquí.

—¡Chao, Cassie! ¡Te vamos a extrañar!

Vociferan los chicos después de subirme al auto.

Me miran esperando una explicación y me hago el loco.

—No quiero preguntas.

[...]

Llegamos. No duramos mucho tiempo en el camino porque la ciudad no está lejos. Los fines de semana este lugar está cargado de gente, y hoy no iba a hacer la excepción. Hay chicas en traje de baño por todo el lugar y los chicos no se quedan atrás.

Las cabañas de Unicars’P son muy reconocidas y admiradas por sus ríos y sus buenas atenciones. Por dentro están decoradas solo con una cama de dos cuerpos, una mesita de noche, una pequeña nevera con cervezas, su baño y luces navideñas de color azul.

Apenas llegamos los chicos escogieron su cabaña y se fueron con su chica. Ellen con Nazlie, Emilio y Ailén, Ernesto y Mia. Steven, Oliver y yo nos quedamos en la misma cabaña, esta tiene tres camas de un cuerpo y como somos los únicos sin pareja, nos tocó juntos.

Hairéth, Darsy y Sarah también están aquí. Ellas parecen llevarse bien. Para mí que son peor que la destrucción de las torres gemelas.

—Bien, tratemos de no matarnos este puente festivo —tomo mis lentes de sol y me los pongo—. No quiero que toquen mis cosas y así estaremos vivos todos.

—Por lo menos, yo no me tiré a la exnovia de Steven —que manera de empezar bien—. Por mí, no hay líos, pasaré lejos de la habitación. Allá fuera me esperan chicas muy guapas.

¿Y si no te vuelvo a ver? ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora