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El salón del ministerio designado para el caso de Draco Malfoy estaba en completo silencio, no se escuchaba mas que a la ministro de magia Hermione Granger hojeando el expediente del presunto culpable

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El salón del ministerio designado para el caso de Draco Malfoy estaba en completo silencio, no se escuchaba mas que a la ministro de magia Hermione Granger hojeando el expediente del presunto culpable.

Se podían ver a sus costados dos aurores los cuales se conocían como Harry Potter y Ron Weasley, mientras a su lado derecho había menos de la mitad del comité del ministerio de magia. Frente a ellos por último estaban Lucius, Scorpius y ahora Lía Malfoy la cual estaba aferrada al brazo de su esposo.

—Por favor muestren al...—suspiro. —Al señor Malfoy. —murmuro.

La "jaula" en la cual Draco Malfoy estaba subió lentamente dejándolo ver al susodicho, sus ojos se cerraron la luz mientras se tapaba la cara con la mano.

Todos comenzaron a murmurar al verlo, su cabello estaba despeinado, su cara manchada de polvo al igual que su arrugada camisa

—¿Podemos poner en contexto de que se le acusa por favor?. —Hermione miro al comité y una de las mujeres del comité se levantó.

—Se le acusa al señor Draco Lucius Malfoy de abuso sexual hacia...—agrando los ojos. —Su nuera, la señora Lía Malfoy.

No tardaron en todos jadear con sorpresa al escucharla.

Justo en la entrada de sala principal dos personas se ocultaban mirando de lejos todo lo que estaba pasando ahí dentro.

—¿Cómo se declara señor Malfoy?. —pregunto sin mirarlo directamente.

—Inocente. —afirmo con la cabeza en alto. —Soy inocente.—repitió.

—¿Es verdad que mantuvo... relaciones con la señora Lía Malfoy.

—No. —negó. — Yo no había visto a la señorita... Scamander en años.

—Mentiroso. —gruño Scorpius.

—Pido por favor que guarden silencio. —ordeno Hermione. —Señorita... Malfoy. —Hermione la miro. —¿Puede venir?

Draco puso mucha atención en la manera en la que se levantó, y cuidadosamente siguió cada uno de sus pasos, los cuales se habían vuelto descuidados, mantenía una postura flácida y su mentón abajo.

El sabia perfectamente que Lía siempre caminaba erguida, con ambas manos entrelazadas al frente y el mentón en alto.

¿Quién era ella?, se preguntaba.

—¿Podemos ver sus recuerdos? —pregunto amablemente.

—Si primer ministra. —asintió murmurando.

—Bien... entonces. —levanto su varita.

—Ya los extraje. —murmuro Scorpius. —Aquí estan. —levanto el pequeño frasco. —Pensé que seria buena idea que el comité los viera para que entiendan la gravedad del asunto.

𝐏𝐞𝐧𝐢𝐭𝐞𝐧𝐜𝐞| 𝐃.𝐌✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora