𝐏| Serie de ejercicios laboriosos o públicos impuestos por los sagrados cánones al culpable de ciertos delitos.
-Te vas a arrepentir de todo lo que me hiciste pasar.-sonrió.-Y yo seré tu penitencia en carne y hueso por siempre, por que no, el no ve...
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Le cantaba una nana mientras la veía en la cuna, era tan pequeña y frágil y era suya, era la bebé más bonita que jamás haya visto.
Phoebe Malfoy, la pequeña creación de Lía, el pedacito que compartiría hasta el final de sus días con Draco, ella era rubia y su piel era pálida, sus ojos grandes los cuales eran entre gris y azul llamaban la atención donde quiera que ambas fueran, era muy berrinchuda, no le gustaba cuando Scorpius trataba de hacerle mimos, ni cuando Lía se iba, solo ella podía tenerla tranquila y sonriente como en ese momento.
Las cosas no iban a mejorar y Lía comenzó a aceptarlo, creía que quizá Draco pensaba que era mucho para él, el hecho de volver a hacer una familia no era fácil, Lía lo sabía ella misma estaba llenado la maternidad y la paternidad sola y claro que era difícil, había empezado a imaginar que quizá él estaba con Odette lejos de cualquiera y era feliz.
Había dejado de poner resistencia hacia Scorpius, lo único que le pedía era que no usara poción multijugos cuando estuviera con ella, lo cual ignoraba, cerraba los ojos y trataba de no oír las palabras tan repugnantes que le decía al oído.
Era su mecanismo, abusar de ella pareciendo Draco, él quería que lo odiara, que repugnara cada momento con el que simplemente lo borrara de su mente, y para su suerte lo estaba logrando. Lo último que quería era ensuciar la imagen de Draco que tenía, ella lo amaba al fin de cuentas, pero después de un tiempo dejo de sentirlo... de sentirlo de verdad.
¿Cómo puedes amar a alguien que no está contigo?¿Como puedes perdonar la promesa que hizo y que jamás cumplió?. Estaba sola en esto él le había fallado y por más que quisiera o se esforzara ya no sentía lo mismo por él.
—¿Lía?. —Scorpius entro con cuidado al ver que Phoebe estaba dormida.
—¿Sí?. —giro su mirada topándose con la de él.
—¿Puedes venir?. —Lía asintió.
Beso la cabeza de Phoebe, se dio la vuelta y comenzó a seguir a Scorpius.
—¿Te puedo ayudar en algo?. —Scorpius tomo su mentón entre sus dedos.
—Tus padres llegan en un par de horas. —sonrió.
—Si lo sé, me llamaron ayer. —Scorpius tarareo.
—Tus hermanos son... observadores, así que quiero prevenir.
—¿Prevenir que?. —Scorpius saco un frasco de su saco levantándolo frente a su rostro. —Scor...
—Shh. —puso su pulgar en sus labios. —Solo tómalo. —Lía negó. — Tú sabes si quieres hacer esto por las buenas o por las malas.
