𝐏| Serie de ejercicios laboriosos o públicos impuestos por los sagrados cánones al culpable de ciertos delitos.
-Te vas a arrepentir de todo lo que me hiciste pasar.-sonrió.-Y yo seré tu penitencia en carne y hueso por siempre, por que no, el no ve...
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Lía estaba sentada frente a ellos mordiendo la uña de su dedo pulgar y los veía preocupada, mientras estaban organizándose de la mejor manera, habían repasado el plan desde días antes, repetían opciones, un plan B,C hasta llegar a la Z, habían puesto estrategias, puntos claves lugares de reunión entre otras cosas importantes.
—Una vez que ellos lleguen iras aquí. —repitió por décima vez. —Ahí ya podremos ayudarte. Mientras actúa lo más natural que puedas.
—Esta bien. —asintió.
—Cuando se hayan ido... nos marcas. —miró a Lía. —Vendremos por ti y por la niña.
—Si. —asintió.
—Bien, no tardan en llegar, tenemos que irnos, cualquier cosa... nos aferramos al plan b.
—Muy bien. ¿Puedo pedirles algo? —hablo Draco. —No sé si volveremos a estar reunidos todos así que es importante.
—Lo que sea compañero. —Theo asintió.
—Cuiden a Lía y a Phoebe. No dejen que nadie les haga daño, no importa lo que pase, no interesa en lo más mínimo si yo estoy en riesgo... ellas.—las apunto.—Son primero.
—Draco.—Lía murmuró.
—Primero ellas, ya después nos preocupamos por lo demás. Potter.—lo apunto.—Confío en ti.
—No te preocupes por eso.—asintió firme.—Cuidaré de ellas.
—Gracias.—murmuró.
—Nosotros igual.—afirmó Theo.—Primero son ellas.
—Tenemos que irnos.—Blaise hablo.—Llegan en diez minutos.
—Nos vemos luego.—Draco asintió.
Los tres hombres salieron de la habitación dejándolos solos, Draco se giró a mirarla y trató de sonreír.
—Todo saldrá bien.—murmuró
—Lo hará.—asintió no muy segura.
Suspiro y casi de inmediato se lanzó a sus brazos abrazándolo, él no tardó en envolverla con sus brazos y presionarla hacia él.
—Tranquila.—murmuró sobándole su espalda.— Arreglaremos esto y todo estará bien.
—Deja decir estará bien.— negó.— Me pones de nervios.
—De acuerdo.— murmuró acariciando su mejilla.— Lía.
Se separó un poco de ella tomando su mejilla en su mano y acariciando, Lía se recargó en esta y cerró los ojos disfrutando de su caricia.
—Te amo.—Lía abrió los ojos de golpe al escucharlo topándose con su mirada.
Se veía el miedo en sus ojos, la preocupación de que cualquier cosa podría salir mal desde el momento en el que aparecieran ahí. Pero escucharlo decir te amo había sido todo lo que no sabía que necesitaba escuchar.
