𝐈𝐕

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S C O R P I U S

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S C O R P I U S

Después de la lectura de sentencia, los Malfoy estaban en una habitación de hotel, Lucius caminaba por toda esta con una mano en su boca y su mente perdida.

Suspiraba, gruñía y maldecía de vez en cuando tratando de entender lo que acababa de escuchar.

Draco no había perdido la memoria, y eso solo significaba una cosa.

Si alguien era capaz de entrar a su mente, se daría cuenta de que todo lo que el ministerio vio fue modificado y Draco jamás había abusado de Lía.

—Abuelo yo...

—Cállate. —se giró bruscamente hacia él. —Una sola cosa te encargue. —levanto el dedo índice. —Una cosa, y eres un estúpido. ¿Sabes lo que puede pasar por mentir? —levanto la voz. —¿Sabes que va a pasar con el plan de tu padre?. Nos iremos a la mierda por mentirle a la estúpida sangre sucia.

—Yo lo hice. —se levantó. —Le borre la jodida memoria.

—Aja si claro. —asintió. — ¿Por qué le hablo así? —apunto a la rubia. —¿Por qué le dijo todo eso?

—No sabemos ni que mierda significa gamma draconis. —se miraron entre ellos y negaron.

—Eres una deshonra, no eres más idiota porque no eres más grande, te dije que practicaras, que pusieras en practica cada jodido hechizo oscuro, cada cosa malvada, ¿Y qué hiciste?. —levanto la voz. —Te fuiste a encaprichar con la otra puta.

—Lía tenía que ser mía. —afirmo.

—El amor, no te va a dar nada bueno en el proceso, nada. —negó. —O te empiezas a aplicar o te la voy a quitar. —lo apunto. —Ya te dije Scorpius.

—Como sea. —rodo los ojos.

—Tenemos que hacer que nadie le ponga atención, que nadie lo visite pero sobre todo que todos se olviden de la existencia de Draco.

—¿Por qué no lo matamos? —pregunto la rubia.

Ambos hombres la miraron frunciendo el ceño, al final Lucius solo bufo rodando los ojos.

—Podemos hablar con un auror. —contesto Scorpius. —Pedirle que nadie se le acerque.

Imperius. —murmuro Lucius. —Si... si eso puede servir, podemos hacer que un auror lo ponga en lo más recóndito de Azkaban. —asintió.—¿Quién recuerda de la relación de ellos?

—Nadie. —Scorpius negó.

—El señor Zabini y el señor Nott estaban muy sorprendidos cuando lo arrestaron, ni siquiera sabían que el salía con Lía.

—No fueron al juicio. —asintió Lucius. —Ellos no sabían entonces. —murmuro.

—Bien, lo arreglamos y te quedas con tu zorra.

𝐏𝐞𝐧𝐢𝐭𝐞𝐧𝐜𝐞| 𝐃.𝐌✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora