𝐏| Serie de ejercicios laboriosos o públicos impuestos por los sagrados cánones al culpable de ciertos delitos.
-Te vas a arrepentir de todo lo que me hiciste pasar.-sonrió.-Y yo seré tu penitencia en carne y hueso por siempre, por que no, el no ve...
Amigalletas un pequeño aviso, ya llegamos a la parte donde todo es nuevo, ya no hay capítulos archivados todos desde este son nuevos así que si me tardo tantito mas de lo normal es por que mi imaginación no dio así q jajajaja ténganme paciencia, les recomiendo una playlist triste ayuda mucho, un besito, chau.
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Los días pasaban en aquella pequeña cabaña y solo quizá la convivencia entre Lía y Draco había mejorado progresivamente, cocinaban juntos, platicaban y dormían juntos <<con cierta distancia>>.
De los tres se podría decir que la más feliz era Phoebe, no dejaba de reír desde que despertaba hasta que se dormía acurrucada en los brazos de Draco, jugaba y repetía su nueva palabra favorita sin parar "papi".
Cada vez que Phoebe lo llamaba, Draco corría a su lado, tan solo para darse cuenta que lo único que buscaba era su compañía o que jugara con ella y claro que Draco lo hacía con todo el gusto del mundo.
Amaba verlas y se sentía realmente estúpido de cómo se sentía hacia Lía, estaba completamente enamorado de ella, quizá Lía no lo sabía pero ella era su hogar, su lugar seguro donde si ella se lo permitiera podría acurrucarse en sus brazos y fundirse en ellos.
El plan seguía andando, entre Draco, Blaise y Theo tenían algunas vagas ideas de cómo llevarlo a cabo pero en ese momento era como si todo lo que había pasado hace días jamás hubiera existido.
Solo eran Draco, Lía y Phoebe.
Pero lo lograría, estaba casi seguro de que lo haría y las dos estarían seguirás, aún si él estuviera vivo o muerto.
Ese día en particular había amanecido fresco, llovía a cántaros<<Hechizo que Draco había hecho para cumplir uno de los gustos de Lía sin que ella lo supiera>> por todo el bosque mientras la chimenea estaba encendida gracias al hechizo que Draco había hecho para que no entrara el agua.
El olor a chocolate caliente y pay de manzana con un toque de canela inundaba la pequeña cabaña donde los tres yacían en el sillón.
Lía dormía profundamente en un sillón acurrucada con una colcha mientras Draco y Phoebe jugaban en el tapete del suelo.
—No sabes cuanto disfruto esto.—murmuró acariciando el cabello de Phoebe.—Estar contigo y con tu mamá me hacen feliz.—sonrió.—Daré todo porque al menos tú y mamá estén a salvo. Daré mi vida por ustedes.
—Papi.—le extendió uno de sus juguetes.
—¿No ha dormido?—lentamente Lía se levantó tallándose los ojos.
—No.—murmuró negando mientras tomaba el juguete y lo hacía flotar sobre Phoebe logrando que riera.—Quiere jugar.
—Pero es hora de su siesta.—como si Phoebe entendiera bostezo tallándose los ojos y Draco casi jadea al ver lo parecidas que eran.
