CAPÍTULO DIECINUEVE

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Maravilloso, enérgico, así sentía ella aquel acto de amor. Colocó ambas manos sobre los fuertes hombros de Octavio para poder coger impulso y empezar la danza más antigua de la humanidad.

Octavio permitió que fuera su esposa quien llevase el ritmo aquella noche, quería devolverle a ella el poder de decisión que le fué arrebatado en el pasado. Las acometidas eran suaves, pero igual de placenteras, ella lo absorvía hasta lo más profundo de sus entrañas. La sensación era demasiado ardiente como para contenerse y terminaron estallando en un clímax sorprendente.

Se quedaron abrazados intentando calmar sus respiraciones.

...Luego de enjabonarla y enjuagarla él sintió que la respiración de Victoria fue relantizándose poco a poco por lo que no dudó en llevarla cargada hasta la cama y cubrirla con un albornoz, y él luego se unió a ella en el descanso.

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Antes de que anocheciera completamente Enrique fué a ver a los niños, los más pequeños estaban dormidos mientras que Paula fingía hacerlo. Él los veía dormir, y juraba en su interior que no permitiría que Victoria los recuperara, de su cuenta corría que nunca sea feliz.

Un conocido de Valeria que fue a la audiencia, le había comentado que el juez había exigido la presencia de los niños, y tanto Tatiana como Valeria sabían que Enrique no lo haría, por lo que decidieron armar un plan de ayuda.


^^^^^   Mañana siguiente

Los Villarreal ya estaban listos para ir al juzgado. Josefa y Fernando irían con el chofer mientras que Octavio y Victoria irían en su coche.

V: Tengo miedo Octavio - dijo ella mientras retorcía sus dedos en clara señal de ansiedad - 

O: Tranquila bonita, todo saldrá bien. Recuperaremos a los niños.

V: Quisiera tener tanta convicción como la tienes tú mi amor.

O: Ten fé. Todo saldrá a nuestro favor, y si no es así seguiremos luchando hasta que lo logremos.

Ella le acarició el rostro a su amado y sonrió.


^^^^^  Juzgado

Octavio caminaba por el pasillo un tanto intranquilo, trataba de comunicarse con Montes y él no respondía el teléfono. Tenía el presentimiento de que algo no marchaba bien, pero no quería poner más nerviosa a Victoria.

Fe: - acercándose un poco a dónde él estaba - Octavio, ¿sucede algo? Te noto nervioso.

O: Tío el abogado no me responde, ya debería estar aquí, temo que algo le haya ocurrido.

Enrique Mendoza y su abogado tenían una sonrisa cínica en sus labios.

Fe: ¿Crees que pudo suceder como hace años?


Flashback

Mendoza y Octavio se enfrentaban en un juicio. Mendoza defendía a la parte acusada mientras que Octavio a la parte acusadora. El cargo era abusos sexuales y violencia de género.

Mendoza representaba a un empresario reconocido que tenía por costumbre chantajear a sus empleadas a cambio de favores sexuales, algunas accedieron por miedo, otras se rehuzaron, pero eso no lo había detenido. Hasta que llegó el momento en que por sospechas de fraude una policía encubierta consiguió entrar a trabajar a aquella empresa para poder investigar convirtiéndose en el nuevo blanco de este empresario.

ENTRE EL AMOR Y EL ODIODonde viven las historias. Descúbrelo ahora