Capítulo 1. La chica que nació con las estrellas.

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En la inmensidad del universo, cada vez que la maldad de la obscuridad se revela. resurge una fuerza cósmica, que junto con sus guardianes protegerán el universo.

Suprema Fuerza cósmica: ¡soy la fuerza y el poder!, ¡soy la protección y el balance!, ¡soy la fuerza que los protegerá a todos!

Asi, la formación de esta fuerza cósmica, se dirigió al planeta más cercano, la tierra, cayendo en su superficie como una estrella fugaz.

En otra parte del​ universo, denominado como el viejo reino, En un planeta llamado Astaran, que​ alguna vez fuera un planeta, basto y próspero, fue invadido y devastado por la obscuridad.

Fuerza de la obscuridad: ¡yo soy la fuerza de la obscuridad!, y te he elegido a ti para realizar está misión, ¡Princesa del planeta Astaran!, ¡Erín!, tú y tus cuatro heraldos traerán ante mí, la energía de todas las criaturas más poderosas de este universo.

Saliendo de entre las sombras, una chica de cabello rosado y belleza extraordinaria, levanta el rostro, y con una mirada de inmenso odio, la princesa responde.

Princesa Erín: ¡así será!, ¡mi amo y señor!

Mientras tanto en la tierra.

Un joven de talento muy singular en ciencias aplicadas, observaba con su telescopio las estrellas del firmamento, hasta que es interrumpido por su mayordomo y protector.

Rupert: ¿otra vez perdiéndose en las estrellas, joven Armánd?

Armánd: ¡ya me conoces Rupert!, siempre estoy buscando algo que me inspire a desarrollar nuevas tecnologías, crear nuevos inventos, ¡que hagan de este planeta un lugar mejor!, ¡e inspirar a otros a generar esos grandes cambios!

Rupert: ¡pero joven Armánd! ¡usted ya ha realizado muchas de esas tareas y con gran éxito!, el Instituto Educacional Global Stars. Que brinda educación a gran parte de la población y en todos​ sus niveles. Su división de investigación tecnológica. Su fundación que da protección y alimento a jóvenes desamparados. ¡Esos son logros que no cualquier muchacho de 19 años posee! ¡Y sé que sus padres estarían tan orgullosos de usted como yo lo estoy! ¡Sin embargo!, ¡me gustaría que su vida no fuera tan solitaria!

Armánd: ¡pero ¿qué dices?, ¡yo no estoy solo!, ¡te tengo a ti! y eres como un padre para mí, ¡además! ¡no necesito otra cosa más que mis inventos!, ¡ya que me ayudan a distraerme y me divierten!

El chico vuelve a su telescopio, para continuar su búsqueda por las estrellas, dejando a Rupert con la palabra en la boca.

Rupert: ¡yo me refiero a! ....

De repente, Armánd descubre un cuerpo celeste, que caerá muy cerca de su Observatorio.

Armánd: ¡Rupert mira!

Rupert: ¡no tengo que mirar por el telescopio joven! ¡El resplandor de esa estrella es inmenso!

Armánd: ¡pero no es sólo eso! ¡Puedo percibir otra cosa! Amplificare el espectro... ¡es!, ¡Es!, ¡Rupert! ¡Es una persona!

Rupert: ¡no puede ser!

Armánd: ¡vamos!, ¡debemos ayudar!

Rupert: ¡joven Armánd ¿será prudente?!, ¡no sabemos que es aquello que cayó!

Armánd emocionado: ¡por eso vamos a investigar! ¡Vas a perderte la oportunidad de ser el primero en descubrir, ¿Qué misterio envuelve ese meteorito?

Rupert con resignación: ¡hay joven Armánd!, ¡no puedo con usted! ....

El joven toma un jeep de su cochera, y dirigiéndose a toda velocidad donde cayó el meteoro, la emoción de Armánd se incrementaba segundo a segundo.

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