Capítulo 21 Ayane termina con Armánd.

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Por la mañana en casa de Armánd, Ayane busca furiosa a Armánd, entrando en su taller sin autorización, y es que la chica se sentía tan molesta, que quería que Armánd le diera una explicación.

Armánd estaba tan concentrado en la revisión de su armadura, que pensó que la persona que bajaba por el elevador era Rupert, pero Ayane no pudo evitar ser sarcástica a la hora de hablarle a Armánd.

Armánd: ¡Rupert que bueno que llegaste!, en la mesa te deje la lista de los utensilios que necesitaré para hacerlos arreglos adecuados a la armadura.

Ayane: ¡lamento desilusionarte Equinox!, ¡pero no es Rupert con quien hablas!

Sorprendido al escuchar su voz, Armánd se golpea la cabeza al salir de debajo de su mesa de inspección.

Armánd: ¿Ayane que haces aquí? ¿cómo desbloqueaste la seguridad?

Ayane: ¡eso no importa! ¿porque nos has engañado así? ¿cuánto tiempo creíste que ese inútil antifaz protegería tu identidad?

Armánd: ¡quieres calmarte!, ¡puedo explicarlo!

En ese instante las puertas del elevador se abren.

Ayane: ¡además! ¡al parecer Rupert también es cómplice de esto!

Al escuchar las palabras de Ayane, Rupert solo retrocede sobre sus pasos y deja a Armánd solo con Ayane.

Ayane: ¡No puedo creerlo!, ¿porque no me lo dijiste?, siempre pensé que, si Andrómeda se enamoraba de alguien más, tu tarde o temprano me verías a mí, y resulta que ese alguien más eres tú. ¡Eso me pone furiosa! y no sé qué pensar.

Armánd: ¿Ayane quien más lo sabe?

Ayane: ¡no lo sé!, ¡pero debería ir a contárselos enseguida!

Armánd: ¡no Ayane! ¡espera no hagas eso!, mi intención nunca fue lastimar a alguien, yo solo quería estar cerca de Andrómeda, y si no hubiera creado a Equinox, ella nunca me hubiera permitido acercarme.

Ayane: ¡¿así que decidiste engañarla?!

Armánd: ¿qué hubieras hecho en mi lugar?

Ayane: ¡pues mentir no!

Armánd: ¡por favor Ayane!, ¡te lo suplico! no le digas a Andrómeda o a los demás, dame la oportunidad de hacerlo por mí mismo.

Ayane trata de controlar sus celos al darse cuenta de todas las molestias que Armánd se ha tomado por Andrómeda, y acepta guardar su secreto.

Ayane: ¡está bien!, ¡guardaré tu secreto!, ¡pero con un a condición!, en el instituto a cualquiera que te pregunte, ¡le dirás que yo terminé contigo! Y que tu hiciste algo terrible para que yo te dejara, solo así, ¡tú secreto estará a salvo!

Armánd: ¡está bien! ¡acepto!, después de todo, esa versión no está muy alejada de la verdad, y aunque no lo creas, tu amistad es muy preciada para mí, y me mata saber que te he causado daño, antes de ustedes yo no tenía una familia o amigos, yo me encontraba solo. ¡Ayane solo espero que algún día tu corazón pueda perdonarme!

Ayane: ¡lo siento Armánd!, ¡pero en este momento no puedo!, pero con el tiempo mis heridas cerrarán, hasta ese entonces, yo solo seré un cómplice que conoce tu secreto.

Sin más Ayane se retira, dejando a Armánd frustrado, ya que una vez más, el joven se da cuenta de que Rupert tenía razón, y que hubiera sido más fácil ser honesto desde el inicio.

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