Capítulo 35: Protégeme

1.6K 163 52
                                    

Después de... aquello, había estado en trance la mayor parte del tiempo, disfrutando del hormigueo que sentía en el estómago al recordar. Obviamente volvimos a ducharnos, pero esta vez lo hicimos por separado, pues el azabache sospechaba que sus padres estarían al llegar. Vimos una película y comimos palomitas, las cuales fueron preparadas por él, ya que yo siempre las acababa quemando.

Estaba tan preocupada por lo que iba a hacer los siguientes días que no pude pegar ojo en la mayor parte de la noche. Después de meditarlo mucho y consultarlo con la almohada, decidí que sería tiempo de volver a casa. Aunque ello pudiera significar cruzarme con mi padre.

Ya le había dicho que lo odiaba, ¿qué más podría pasar?

Ah si, que me dejase encerrada para siempre, o que me enviase a un internado en Laponia.

Pero algún día me iba a venir a buscar, y lo haría más pronto que tarde. Sabía donde estudiaba, y podría seguirme hasta la casa de Kuroo. Y eso sería lo peor. Por eso, y a pesar de las consecuencias que pudiera conllevar mi elección, preferí el internado en el Polo Norte antes que otra paliza a una de las personas más importantes de mi vida.

Estuve pendiente del reloj, y a las cuatro y media decidí comenzar a empacar. Le dejé una nota escrita en un post-it amarillo, donde le facilitaba el teléfono de mi hermano en caso de no poder contactar conmigo; y le daba las gracias por todo. Me comprometí a enviarle un mensaje antes de entrar a mi casa, para que al menos quedase registrada la hora de mi llegada.

Por último besé sus labios y salí sin hacer demasiado ruido. El trayecto fue tranquilo, tanto que lo único que podía escuchar era el bombeo de mi corazón en mi pecho.

Cuando llegué a la puerta de mi casa, hice lo prometido y envié el mensaje. Permanecí estática durante unos segundos, como si hubiera olvidado como girar la llave para entrar. Para mi sorpresa, cuando por fin reuní la valentía suficiente como para entrar, no me encontré mas que con una presencia vacía en un hogar lleno de muebles.

Pasé por la cocina. Estaba impecable, tal y como la había dejado antes de irme. En la mesa del comedor encontré un sobre cerrado con mi nombre, y otro con el de mi hermano. Abrí el recipiente de papel para descubrir su contenido y me encontré con un folio meticulosamente doblado.

"Para cuando leas esto, ya me habré marchado. Siento no haber sido capaz de criaros como debía. Seguramente vuestra madre esté decepcionada, al igual que tú y Anzel. Ahora mismo huyo de un grupo que me persigue, y no sé si llegue a cruzar el país a tiempo. He hecho lo propio y he vinculado todo mi patrimonio a nombre de ambos. Tenéis dinero de sobra para acabar los estudios y vivir cómodamente durante algunos años más. Administraos bien y cuidaos entre vosotros. Intentaré contactaros en cuanto pueda. En caso de que necesitéis algo, el vecino es un socio de confianza. Él será quien nos comunique a ambos.

Siento que a ti, mi pequeña, te debo una explicación: entré en negocios turbios para salir adelante, pero no conté con que todo alcanzase semejante magnitud. Estaba tan deprimido por haber perdido a la mujer de mi vida y no poder daros los caprichos que todo niño tiene en su infancia, que decidí sacrificar mi integridad por el dinero. Sin duda el mayor error de mi vida.

Lo único que he hecho bien en esta vida ha sido teneros como hijos y alejaros del peligro. Ahora estáis a salvo, y sin mí.

Siento que me hayas terminado odiando. Pero temía que pasara lo que acaba de ocurrir, solo que estaba tan ofuscado en protegerme las espaldas con aquel chico que bajé la guardia y me expuse demasiado. Espero que sí sea tan bueno como me jurabas y te proteja como yo no supe hacerlo. Me habría encantado disculparme como debía charlando tranquilamente en un restaurante.

Sorry, but I won't give up [Kuroo Tetsurō x OC/Tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora