Sorry, but I won't give up [Kuroo Tetsurō x OC/Tú]

Capítulo 2: Caras conocidas

Me encontraba parada en mitad de un pasillo buscando con nerviosismo a alguien que pudiera ayudarme a encontrar mi maldita clase. El idiota de Lev se fue a la suya pitando porque no había hecho la tarea de inglés y encima me había dejado sola sin darme tiempo a preguntarle dónde estaba la sala de profesores.

— ¿Qué haces en el pasillo? El timbre ha sonado hace rato — dijo una mujer joven de lentes. Tenía el cabello negro, y lo sostenía en un moño bajo deshecho con un par de bolígrafos.

— Lo siento, pero es que me he perdido, soy nueva aquí y no sé dónde debo ir — me miré la punta de los zapatos. Siempre  me ganan los nervios en este tipo de situaciones y no se cómo actuar.

— Ah, si no me equivoco... — hizo una pausa y se puso el dedo índice el la barbilla — ¿Ivanov Rena? Eres la chica nueva que viene de Rusia ¿verdad?

— Si, esa soy yo — sonreí levemente.

— Oh vaya, me lo había imaginado por tus facciones — dijo tocándose la barbilla sonriendo como si se sintiera orgullosa de su deducción — Soy tu tutora, Matsuoka Naomi, si tienes algún problema con el curso no dudes en comentármelo, puede parecer algo difícil entrar a estas alturas del año, pero ya verás como te acostumbras al ambiente enseguida — dijo amablemente — Además no tengo ningún tipo de preocupación porque tú expediente académico me indica que tienes buena base — hace una pausa — No hace falta que tus calificaciones sean las de un alumno excelente para darme cuenta de que no te irá mal  — me guiñó el ojo y yo le sonreí.

— Gracias Matsuoka-sensei — me incliné.

Espero no llamar la atención demasiado cuando entre a clase, aunque si lo pienso, es obvio que todos se van a fijar en alguien que llega con el curso comenzado. Si lo comparo con algo, sería como intentar robar unas maracas con mal pulso.

— Bien, ahora sígueme — comenzamos a subir hacia la primera planta por las escaleras — ¿Has pensado en apuntarte a clases para aprender mejor el idioma?

— No, mi padre decidió educarnos en ambos idiomas — la miré — Mi madre era japonesa. Por eso no tengo problemas al leer, escribir o hablar.

— Me parece fantástico — estábamos llegando a la zona de las clases de primero — Siempre me ha parecido buena idea inculcar ambas culturas en las familias en las que los padres tienen dos nacionalidades.

Llegamos a la puerta. El corazón se me empezó a acelerar al escuchar el ruido que provenía de las aulas. Apreté la correa de mi bolso para intentar calmarme, miré al frente y ví un letrero que decía 1-3. Suspiré y miré a la profesora, quien parecía relajada (a veces me pregunto cómo pueden ser capaces de hablar con tanta gente delante todos los días). Bajé rápidamente la mirada algo incómoda.

— Entraremos juntas. Desde ahora quiero que dejes los nervios en este lado de la puerta y que te presentes ante tus compañeros — sonrió mostrando sus dientes. ¿Como puede vivir haciendo esto siempre?

Tomé una bocanada de aire y lo solté y miré de nuevo a mi profesora y asentí con la cabeza.

Nada más abrir la puerta todo se silenció y los alumnos que aún estaban levantados se pusieron en sus sitios. Matsuoka-sensei pasó primero al salón y dejó las cosas en la mesa — Vamos ven y presenate — dijo al verme parada en la puerta.

Entré a la habitación y varias miradas se clavaron sobre mí, me giré eché un vistazo rápido a los alumnos — Mi nombre es Rena Ivanov y vengo desde Rusia — sonreí — Espero que pasemos un buen año todos juntos.

Me senté en uno de los pupitres que había libres casi al final de la clase hecha un manojo de nervios. Me hubiera gustado estar más pegada a la ventana pero me había tocado más al centro. Empecé a mirar a mi alrededor buscando a dos caras conocidas.