Capítulo 31: De verdad que la extraño

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NARRADOR OMNISCIENTE:

El azabache observaba con odio los fríos ojos del ruso. Este último no se retractaba y le mantenía la mirada sin mostrar sumisión, a pesar de que el golpe que le había propinado el chico lo había dejado algo aturdido.

— Kuroo, vámonos — ordenó el de segundo mientras sujetaba a la chica por los hombros con un brazo, haciendo que esta permaneciera pegada a su pecho — Nos vamos a meter en problemas.

La peliplata estaba en shock, y sus movimientos se habían visto torpemente limitados. No sabía que hacer, tan solo se aferraba a la chaqueta del rubio como una niña pequeña a la falda de su madre.

— Te dije que no te interpusieras más — habló esta vez el señor Ivanov reincorporándose — ¿No te quedó lo suficientemente claro mi mensaje? Porque te aclaro que ya hubo una primera, y una segunda. Te aseguro que no querrás una tercera.

Tras esas palabras la medio rusa se fue alejando poco a poco de Kozume. Seguidamente buscó con la mirada las pupilas de su padre. Su expresión entristecida tan solo mostraba decepción. La cara le ardía en una zona que estaba encendida en color rojo por el puñetazo. Esa vez no dejó caer ni una lágrima.

— Fuiste tú — apretó el puño con fuerza — ¡¿Mandaste a unos tipos para que le golpearan?!

— Lo intenté por las buenas, y por lo que veo por las malas tampoco entra en razón así que tendré que ir por las peores — miró a Kuroo con desprecio.

— Olvida que existo — murmuró — No quiero volver a verte jamás. Tú no eres mi padre.

Seguidamente se giró sobre sus talones comenzó a caminar despacio y cabizbaja. Los dos del Nekoma quisieron seguirla. Pero fueron detenidos por el mayor, quién los agarró a ambos por el cuello de la camisa.

— ¡¿Esto es lo que querías?! — le gritó al más alto.

La de primero detuvo sus pasos y sacó el teléfono de su bolso, marcando con los dedos temblorosos al número de emergencias. Antes de que le diera al botón verde miró una última vez al hombre.

— Tú te lo has buscado — amenazó frunciendo el ceño y sacando a relucir más aún sus arrugas.

Las sirenas de un coche patrulla consiguieron alertar a los cuatro, dándole tiempo suficiente a los dos menores para soltarse y tomar a la chica del brazo para salir corriendo de allí. A pesar de lo que creía la joven, alguien si se había dignado a hacer algo y había llamado a la policía. Aunque hubiera preferido que nada de eso hubiera pasado, también estaba agradecida por no haber tenido que ser ella la que denunciara a su propio padre.

Por otro lado el hombre también consiguió escapar a tiempo, adentrándose en su lujoso coche para evitar que lo viesen las autoridades y despistarlos.

Nadie sospecharía de un hombre como él, ¿verdad?

El recorrido que tomaron fue distinto. Los tres alumnos del instituto Nekoma corrieron tanto como sus piernas dieron de sí. Decidieron descansar cerca de los alrededores de un pequeño parque.

P.O.V RENA IVANOV

Apoyé mis manos sobre mis rodillas para tomar un respiro e intentar retomar el curso normal de mis latidos. Se me vinieron a la cabeza diez o veinte escenarios distintos de lo que ocurriría si me encontraba con mi padre en mi casa.

— Ahora no puedo volver... Si lo hago no me va a dejar salir más, ¡y seguramente haga todo lo posible para aislarme de los demás! — me senté en el suelo y escondí mi rostro tras mis piernas flexionadas — ¿Qué hago ahora?

Sorry, but I won't give up [Kuroo Tetsurō x OC/Tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora