Sorry, but I won't give up [Kuroo Tetsurō x OC/Tú]

Capítulo 18: Nada

Había pasado un día de aquello, y no había hablado con Kuroo desde entonces. Me crucé con el un par de veces, pero ninguno de los dos se atrevió a decir nada, ni siquiera a sostenerle la mirada al otro.

Estamos sentadas tomando el almuerzo tras una larga sesión de entrenamiento de fuerza y resistencia.

Mi celular empieza a sonar en medio del comedor. Sin mirar la pantalla, me quedo observando un rato a la nada antes de descolgar. Segundos después pulso el botón verde.

— ¿Cómo tienes mi número? — le pregunto en ruso después de escuchar el otro lado la voz de mi arpía favorita. Escucho unas risas e insultos, finjo una sonrisa para que no se preocupen y acerco el micro del celular a mi boca — ¿Sois tan estúpidas que os gastáis tanto  dinero en una llamada solo para esto?

Del otro lado escucho una voz que no pertenecía a Svetlana, por lo que puedo suponer que no estaba sola, y este sería su espectáculo del día.

— Tranquila, no nos supone problema pagar una pequeña factura, nuestros padres no tienen sueldo de esclavo — las carcajadas cada vez más eran más fuertes.

Me levanto de la mesa y me alejo un poco de mis compañeros para no interrumpir sus conversaciones.

— Esta será la última vez que me molestéis, la próxima iré a comisaría y os denunciaré por acos... — me interrumpen.

— ¿Nos amenazas? — ríe — Tenemos cosas en nuestro poder que pueden arruinarte la vida, putita.

— Que os jodan.

Cuelgo fijando la vista en el nombre que marcaba en la pantalla "Número oculto". Miro a Mei con una expresión cansada. Chasquea la lengua y se remueve incómoda en su sitio.

— ¿Otra vez? — pregunta Mei de forma  casi inaidible después de suspirar.

Asiento con la cabeza gacha y hago una mueca.

— ¿Quién era? — pregunta Megumi insinuante.

Abro la boca para hablar sin saber qué decir.

— Pues... Es complicado — digo finalmente.

— ¿Era tu novio Rena? — la pequeña libero me da un codazo en el costado parpadeando repetidas veces.

Me quedo en blanco mirando hacia el vaso de agua, preguntándome a qué se refería esa bruja con lo que me había dicho antes.

— Si, era él — responde la pelinegra en mi lugar.

— Vaya, hay que ver qué calladito te lo tenías cariño — dice Moe dando un sorbo a su bebida — ¿También es ruso? Me han dicho que son muy lindos — le manda una indirecta muy directa a la pelinegra.

— Perdonad, necesito salir a tomar el aire — me sacudo el cuello de la camiseta sofocada y abro la puerta del comedor para escapar de aquella situación.