Sorry, but I won't give up [Kuroo Tetsurō x OC/Tú]

Capítulo 22: Emociones al vuelo

Una tila, eso necesito, una gran garrafa de tila.

A ver, debo de admitir que me hubiera quedado allí disfrutando de él de no ser porque había gente cerca y debía contenerme. Me muero al sentir su pecho elevarse rápidamente debido a su respiración algo agitada. Levanto mi cabeza levemente encontrándome con un un Kuroo Tetsurō sonrojado hasta las orejas, mi corazón da un vuelco cuando lo veo cubrirse el rostro con su antebrazo de forma infantil al percatarse de que lo estaba mirando.

Pero, ¿qué se supone que se debe hacer o decir después de besar a alguien? Y más si es de esa forma tan desesperada, por el amor de las palomas ¿qué había hecho?

De pronto toma mi mano con algo de inseguridad y torpeza. Me propone ir a dar un paseo por un parque alejado del bullicio de la fiesta. Se quita su chaqueta y la pone sobre mis hombros. Le mando una mirada fulminante negándome al principio, pero en realidad agradecía que lo hubiera hecho, porque me estaba congelando.

Quiero controlar mis pensamientos revueltos, sin embargo no puedo; mi mente no hace más que nublarse a medida que nos alejamos de la entrada de la preparatoria. Mis piernas empiezan a temblar de repente, y empiezo a cuestionarme si le molestará que tenga las manos frías, o que no pueda seguir el ritmo de sus pasos.

— ¿Quieres que nos sentemos a descansar o...? — lo interrumpo.

— ¡Kuroo! — me avergüenzo un poco al darme cuenta de que tal vez había hablado demasiado alto — Yo... — tomo una larga exhalación — Gracias por acompañarme de camino a casa casi todos los días, por ayudarme a cargar con la compra, por esperarme afuera de clase con un café, por ayudarme a mejorar mis calificaciones en química y pasar tiempo conmigo... Y por esa nota — digo rápidamente y trago de forma pesada.

Sonríe de medio lado y me da un capirotazo en la frente. Frunzo el ceño.

— ¿Entonces... La has leído? Ya decía yo que estabas rara — da un suspiro — Espero que de ahora en lo que queda de noche no te pases el tiempo temblando y mirando a todas partes como una loca, tonta.

— Yo no hago eso — refunfuño — Solo andaba algo distraída porque no conozco esta parte de la calles y si tiemblo es porque hace frío. ¿Acaso no lo notas? Yo estoy congelada desde hace rato - me excuso y él se ríe.

— Está bien, te creo — aplana sus labios ocultando su risa — Pero de ahora en adelante mírame a mí, ¿vale? Así te da calor — ríe aún más fuerte y me pongo totalmente colorada.