Sorry, but I won't give up [Kuroo Tetsurō x OC/Tú]

Capítulo 24: ¡Lo siento, no me rendiré!

Llevaba días dándole vueltas a como sería todo después de este año. Pronto me separaría de los que habían sido mis compañeros de equipo y hermanos. Tendría que dejar de lado aquella camiseta con el número uno, las rodilleras y todas las emociones en la pista.

⟨⟨Aún no estaba preparado para dejar el volleyball⟩⟩.

Mi sueño siempre ha sido trabajar por y para lo que me gusta. Desde muy pequeño me marqué tres metas: llegar al Nacional y ser entrenador eran dos que tal vez podría conseguir con muchísimo esfuerzo; la tercera... bueno, esa era algo inalcanzable.

⟨⟨Jugar en la selección de Japón... Qué ingenuo⟩⟩

Otra cosa que me preocupaba era el terremoto con patas que tenía justo delante de mí. Siento que ella necesita apoyo y ayuda por algún motivo, y temo que si la dejo sola pueda pasarle algo. Mi abuela alguna vez me dijo, que el pasado quedaba pisado, y tenía mucha razón, pero, ¿se le puede decir eso a una persona que ha sufrido tanto? Sería como hacerle creer que debe de obligarse a superarlo todo de golpe, ¿verdad?

⟨⟨Debo de hacerle saber que me tiene para lo que necesite⟩⟩

Finjo que no sé que me está mirando y abro la boca para hablar, pero dudo en  cómo empezar.

— ¿Has visto ese? Ha sido precioso, brillaba más que ninguno — la miro de reojo.

Estaba tan guapa y se le veía tan feliz, que con tan solo mirarla ya tenía suficiente.

— Llevas razón, brilla — responde marcando sus hoyuelos con una sonrisa  — No sabía que te gustaran tanto los fuegos artificiales.

Carraspeo para llamar su atención y ordeno bien las palabras en mi mente para que suenen coherentes.

— Oye una cosa — hago una pausa y tomo un respiro — Rena.

⟨⟨¿Cómo se lo digo sin sonar como un imbécil? Nunca le había dicho algo así a una chica⟩⟩

— ¿Sí? — contesta con un tenue sonrojo sobre sus mejillas.

— Mírame — coloco mi mano sobre su rostro para que tome toda la atención posible en mí  — Mírame — repito — Tengo que decirte algo.

De repente, y sin esperarlo, la ojimiel se había abalanzado sobre mí para besarme repentinamente. Intento acercarme más y ella hace lo mismo. Me sentía obligado a seguirla, ya que esto no era algo que ocurriera muy seguido.

Siempre me han importado más bien poco los besos, hasta que la probé a ella.

Podía ver el destello de las luces de colores aún con los ojos cerrados, lo que era señal de que nos estábamos perdiendo el espectáculo.

— Está vez los fuegos artificiales nos están viendo a nosotros en lugar de nosotros a ellos — murmuro cerca de sus labios y siento como sonríe, ya que estaban prácticamente pegados a los míos.