Sorry, but I won't give up [Kuroo Tetsurō x OC/Tú]

Capítulo 20: Confía

El torneo que habíamos organizado,  había llegado a su fin. Navidad y año nuevo estaban prácticamente a la vuelta de la esquina.

Desde hace días que no paro de cuestinarme, ¿está bien lo que estoy haciendo? Quiero decir, ya no quiero sentir nada más por él, pero no hay momento en el que no piense qué hubiera pasado si nada de esto no hubiera sucedido. Ya no quiero querer más a Kuroo Tetsurou, pero el hace todo lo posible para joderme, y desde nuestro encuentro fuera del pabellón aquél día no deja de buscarme las cosquillas. Ya había pasado bastante tiempo desde nuestra primera pelea, si es que se le puede llamar así...

— ¿En serio no tienes nada más importante que hacer? — le doy una mirada de soslayo al azabache que camina junto a mí despreocupadamente cargando una de las bolsas de la compra que me había arrebatado.

— No creo — sonríe de oreja a oreja.

A pesar de que intentaba hacer todo lo posible para evadir el contacto con el, seguía siendo muy persistente, y ya había empezado con sus "jueguecitos" con los que buscaba hacerme enojar. 

Camino mirando al suelo para no pisar las líneas de las baldosas y así  entretenerme. Nos detenemos frente a un cruce esperando a que la luz del semáforo nos cediera el paso. Durante ese tiempo muerto de nuestro paseo en silencio no puedo evitar mirar su alborotado cabello negro. Es algo que siempre me había llamado la atención de él. Siempre que estaba despistado lo observaba. Nunca había visto a Kuroo con el cabello hacia atrás, y a juzgar por sus facciones... Le debería quedar bastante... Bien.

— ¿Qué? ¿Tengo algo? — se inclina señalándose. Niego con la cabeza — ¿Entonces qué? — me mira fijamente — Ah, ya entiendo — dice espectante de una respuesta de mi parte — ¿Te gusta mi cabello? — muestra una amplia sonrisa provocadora.

Lo ignoro mirando al frente esperando que la lucecita se pusiera verde, después  acelero el paso, dejándolo atrás un par de metros.

— ¿Piensas marcharte sin la bolsa? — doy fuertes pisadas y mis zapatillas resuenan en el suelo, escondo la mitad de mi rostro en mi abrigo y meto mi mano libre en la manga de este. El chico vuelve a ponerse a mi lado dando un suspiro, el humo blanco sale de su boca a causa del frío, cabizbajo, empieza a patear una piedra que había cerca.

— No tienes por qué llevar eso todo el tiempo, debería hacerlo yo — le digo después de martirizarme mentalmente por si debía romper el hielo o dejarlo estar. Me da una breve mirada sin decir una palabra — Por favor Kuroo, no te molestes — estiro mi brazo en dirección al objeto de plástico.

— Luego me lo recompensas con un té — Pone la bolsa lejos de mi alcance. Sigo adelante refunfuñando, se pasó todo el trayecto burlándose de mí en toda oportunidad que se le pasaba por delante.

Logramos llegar a la casa sin congelarnos, el ambiente estaba muy tenso entre nosotros a mí parecer, aunque siento como él se está esforzando, y por más que quiero no responder a ninguno de sus actos, me siento algo confundida.