~ Epílogo ~

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Aquel lugar se levantaba con paredes de piedra que con el tiempo se habían manchado de colores verdosos oscuros. Cada paso hacía que los ecos viajaras en todas direcciones, la altura del techo era sumamente levada, solo logrando llegar a través de unas escaleras de mano hechas de madera, mucho más nuevas que el resto del lugar.

Las personas que esperaban ahí apenas murmuraban con la esperanza de mantener un poco de privacidad, siendo alertadas desde mucho antes de los pasos del alfa que se acercaba irrumpiendo la calma.

El general Jang era reconocido en toda la zona alta, incluso más que el propio comandante de la manda del bosque. Se decía entre voces, que era el general quien realmente lideraba las tropas de dicha manada, pero el líder decidió otorgarle el título a alguien más por intereses personales. Aun así, todos le respetaban como el verdadero alfa a cargo.

Era mayor, rondaba por los 45 años y había servido como soldado más de la mitad de su vida. En su rostro lucía una cicatriz en la cien izquierda, más reciente que el resto de las cicatrices que cubrían su cuerpo, se la había ganado hace menos de un año cuando casi pierde la vida en la última batalla contra el ejército del norte antes de verse obligados a rendirse. La herida había dejado de sangrar hace ya bastante, pero el momento seguía fresco en la memoria del general.

Se detuvo frente a tres alfas más jóvenes quienes le miraban con total respeto.

—¿Noticias? —preguntó tomando sus manos por su espalda con calma.

—Creemos que ya no hay más víctimas, señor —respondió el alfa que se encontraba en medio de los más jóvenes.

—¿Entonces?

Los alfas intercambiaron una mirada entre sí como si esperaran a que alguno de ellos hablara por su propia cuenta. No hubo ningún voluntario por lo que el mismo alfa de antes retomó la palabra.

—Tres lobos muertos, uno más herido, los médicos dicen que lo más probable es que no sobreviva —informó con voz firme con la mirada fija en el general —también dos alfas, uno fue abatido por uno de los nuestros, él otro fue abatido por... —se detuvo mirando de nuevo a sus compañeros como si no se encontrara seguro de sus propias palabras —dijeron que lo abatieron el beta y el omega.

—¿El beta y el omega? —cuestionó con cierta burla mientras elevaba una de sus cejas —¿Quién les dio esa información?

—El día de ayer interrogamos al beta, señor.

El general Jang se quedó quieto, todavía con la ceja alzada en signo de incredulidad ante las palabras de sus propios subordinados. Solo un segundo después soltó sus manos volviendo a sus costados de forma natural.

—Llamen al general Park, nosotros interrogaremos a ese beta —los tres alfas de inmediato hicieron una reverencia y comenzaron a correr en formación por el pasillo de la torre.

El general también comenzó a andar en la dirección contraria con pasos más lentos. Los recién llegados estaban en el segundo piso de la torre y las únicas escaleras estaban en esa dirección por lo que no tenía más remedio que seguir ese camino. En el trayecto sacó un puro que había guardado en su bolsillo, en realidad había llevado una caja entera a esa misión, sin embargo, comenzaron a acabarse con el tiempo hasta que solo le quedaban dos. Ahora solo eran para casos de emergencia.

Lo encendió con una cerilla y le dio cortas caladas hasta que comprobó que estaba bien encendido. Dejo escapar el humo por una de las comisuras de su boca y se recargó en la pared junto a la escalera de madera, cerró los ojos repasando la información que habían conseguido durante los últimos 4 días.

Llevaban en ese lugar más de dos semanas. Habían partido de la manada del bosque en cuanto el líder Kim del norte los había convocado, no es que tuvieran más opción, básicamente habían aceptado el vasallaje con los términos de paz entre ambas manadas. Su misión en primera instancia había sido invadir las torres deshabitadas de la frontera, pero también habían estado enviando grupos pequeños a recorrer los límites de la zona alta como orden del único general de la manada del norte que los acompañaba.

Manada  |  KookVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora