Manada | KookV

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Desde que la noticia de que los alfas habían entrado en los limites de sus tierras había llegado a la Gran Casa del valle los pajes habían estado vueltos un desastre. Claro, Taehyung solo podía especular con los sonidos fuera de su puerta y lo que su vista alcanzaba más allá de su ventana, había estado en la misma habitación por dos meses ya, sin derecho a salir de ella.

El tiempo había transcurrido como la peor tortura para el omega quien por días había estado rogando en la puerta que lo dejaran salir, había llorado por la decisión de su hermano y había comenzado una huelga que no fue capaz de terminar, pues, después de varios días sin comer había sentido tocar la misma muerte con sus dedos, sin embargo, no fue lo suficientemente valiente para tomar su mano y abandonar ese lugar.

Ahora, escuchaba a todos parlotear dentro de su habitación, eran 3 omegas las que recorrían la estancia apresuradas mientras discutían que ropa le pondrían a Taehyung para presentarlo a los enviados de la manda norte pues en eso consistía su trabajo de pajes, era el mayor número de personas que habían entrado al mismo tiempo en su habitación durante esos dos meses.

—Creo yo que se vería muy bien con olanes —dijo una de las omegas sacando un traje blanco del cual colgaban olanes con brillantes piedrecitas plateadas y blancas dignas de la ropa de un noble —es elegante y apantalla a cualquiera.

—Debe verse más formal, su alfa no esta entre los invitados, solo son representantes ¡no podemos presentarlo con tanto atrevimiento!

Taehyung no era participe de la discusión, si usaba olanes o un saco no podía importarle menos, estaban discutiendo cual seria la ropa que llevaría durante su sacrificio, pues en el momento en que abandonara la protección de su tierra seria su fin. Un omega en tierras extranjeras era tratado poco menos que un humano, el mismo lo había visto con sus propios ojos, los omegas extranjeros que llegaban a su manada debían vérselas primero con Dakho y el jefe estructuralista quienes siempre persistieron con una ley de preferencia, algunas veces dejaban a los omegas a manos de los nombres o en otras ocasiones ni si quiera eso. Era consciente de que un destino como aquel era lo que menos esperaba.

Prefería pasar el resto de su vida encerrado en aquella habitación como si fuera un prisionero que ser tratado como tal en tierras extranjeras.

Intento alejar esos pensamientos un segundo de su mente, aunque eso no hubiera funcionado durante dos meses, y se acerco de nuevo a la ventana. La gente del exterior hacia bulla, algunos molestos con los enemigos de sus tierras mientras que otros los trataban como invitados, como los mensajeros de la paz que pronto llegaría al valle.

"El fin de la guerra para la manada del valle" pensó Taehyung "y el inicio de la mía".

Se sentó en el marco de la ventana como ya era su costumbre mientras miraba al exterior y aspiraba aire fresco, pero en esta ocasión no encontró su momento de paz cuando una de las omegas lo tomo del brazo asustada por sus acciones. La habitación se encontraba en un cuarto piso, una caída desde ese lugar significaría la muerte o como mínimo mucho dolor, la omega lo jalo al interior en medio de reclamos por hacer cosas indebidas y lo sentó en su cama como si se tratara de un cachorro mientras que las otras dos no paraban de discutir.

Así había sido su vida desde pequeño, ser regañado por cosas indebidas y que las personas tomaran elecciones por él. Habría dado lo que sea por nacer en cualquier otro lugar, dejar su vida de noble y estar en el exterior, hacer lo que se le venga en gana y explorar el mundo que estaba fuera de la Gran Casa, incluso más allá de las tierras del valle, quería descubrir y gozar de su mundo y aunque al inicio se había lamentado tanto por su situación había pasado de la resignación al entusiasmo. Solo necesitaba una oportunidad, los días que pasaría de viaje serian la mejor experiencia que tendría en su vida y aunque fuera la misma ruta que lo llevaría a su desgracia le sacaría el mayor provecho. Si eso era a lo único que podía atenderse entonces así lo haría o terminaría por perder la cordura.