C36/T1: Juegos y respuestas

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Luka y yo entramos dentro de casa, el aún sosteniendo mi mano con firmeza, en un gesto de protección que hizo enternecer mi corazón.
En cuanto pusimos los pies dentro del edificio, nos encontramos con un gran alboroto.
Todos iban y venían de un lado a otro con expresiones de confusión total adornando en sus rostros.
En cuanto vieron a Erik, todos enmudecieron inmediatamente.
Uno de los Lobos se adelantó, y lo reconocí como el bibliotecario, Samuel. Se dirigió a mi hermano con un tono ligeramente asustado y desorientado.
Samuel: ¡Príncipe Erik! ¿Qué está ocurriendo? ¿Por qué se ha vuelto de noche de repente?
Mi hermano me mira de reojo y se muerde levemente el labio.
Erik: No estoy seguro... Pero sobretodo, que no cunda el pánico. Que todo el mundo se tranquilice porfavor.
Aquello pareció ser una petición demasiado grande, porque en un momento el salón volvió a llenarse de susurros extrañados.
De repente una voz se alzó por encima de todas, con un profundo tono de estupefacción en ella.
Amira: ¿Luna?
Me estremezco y agacho la cabeza, desviando la mirada de los hermosos ojos púrpuras de mi mejor amiga.
Luka me pasa un brazo por los hombros en señal de apoyo y protección.
Inmediatamente todas las miradas se dirigen hacia mí, y yo, completamente intimidada, encojo los hombros, deseando hacerme lo suficientemente pequeña como para desaparecer.
Varios gritos ahogados resuenan por todo el salón, e inmediatamente los susurros se convierten en un griterío generalizado y escandalizado, al que Erik pone fin con un potente grito.
Erik: ¡SILENCIO!
Todos enmudecieron enseguida.
Erik: No estamos muy seguros de lo que ocurre, pero creemos que ha habido una especie de interferencia mágica. Hasta que lo solucionemos, ruego que todos mantengamos la calma y no obtengamos conclusiones precipitadas, ¿de acuerdo?
Toda la manada asintió con la cabeza y se escucharon débiles "sies".
Erik: Bien, ahora que cada uno vuelva a sus quehaceres o dormir, como os plazca.
Poco a poco, toda la manada fue marchándose en absoluto silencio.
Amira y Rose se acercaron a nosotros y se me quedaron mirando extrañadas.
Amira: ¿Esto... es por culpa... de la magia?
Christopher: Eso creemos, sí.
Rose: Pero... ¿Por qué eres humana?
Luna: No lo sé...
Desvío la mirada apenada.
Christopher: Creemos que ha sido una defensa de su cuerpo para liberar un poco de la magia que hay en ella. Probablemente su cuerpo no ha sido capaz de soportar tanta energía y ha decidido liberar un poco de esta manera.
Liam, que había permanecido en silencio todo este tiempo, al fin habla con gran resolución y seguridad en sus firmes palabras.
Liam: Ahora lo que tenemos que descubrir es como devolverle su aspecto normal.
Se me hace un nudo en el estómago. ¿Y si no lo conseguimos? ¿Y si me quedo así para siempre?
Alan nota mi expresión asustada y triste y me sonríe intentando animarme.
Alan: No te preocupes. Solucionaremos esto, te lo prometo.
Le devuelvo la sonrisa, ligeramente esperanzada.
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Han pasado muchos meses y el primer cumpleaños de Adam y Esperanza pasó hace varios días.
En este momento estoy jugando con ellos.
Adam estira sus brazos hacia mí, y yo lo cojo con delicadeza, mientras le dedico una cálida sonrisa.
Esperanza se acerca a mí gateando, y se tumba en mi regazo cerrando tranquilamente los ojos, sin muchas intenciones de querer moverse de ahí.
Sonrío sin poder evitarlo. Ese es un gesto que suele hacer Erik.
Me los quedo mirando.
Esperanza es muy similar en aspecto a Alan. Es morena de piel y tiene el pelo color chocolate de Alan, pero sus ojos son marrones como los de mi hermano.
Adam, en cambio, tiene un aspecto más parecido al de Erik. En comparación con su hermana, Adam es más bien pálido, castaño y con los mismos ojos de Esperanza, que ambos han heredado de su padre, pero sus rasgos son muy suaves, casi como una pequeña y tierna florecita.
De hecho, ese es el mote que le he puesto, "florecita".
Aunque en personalidad es totalmente al contrario.
Esperanza me recuerda mucho más a mi hermano mediano, y por el contrario, Adam tiene esa personalidad dulce y relajada de Alan.
Sonrío con ternura.
A pesar de todo el tiempo que ha pasado, todavía no hemos descubierto como devolverme mi aspecto original.
En la manada ya soy conocida como "la chica de plata". Eso en realidad tampoco me molesta mucho, lo que verdaderamente no soy capaz de soportar es que todavía soy humana y no soy capaz de contactar con mi Loba, a pesar de todas las veces que lo he intentado.
Creo que eso me avergüenza, y por eso he pasado la mayor parte del tiempo que ha transcurrido desde el incidente aquí, encerrada en la habitación de Adam y Esperanza, pasando el tiempo con ellos.
Pero llevo dándole vueltas a una respuesta todo este tiempo, y a cada día que pasa, esta se va volviendo más y más pesada.
Tal vez no puedo contactar con mi Loba por culpa de mi herencia.
Al fin y al cabo, mi padre es humano, ¿no?
Tal vez sea por eso... Tal vez...
Mis pensamientos son interrumpidos por el sonido de la puerta al abrirse.
Alan asoma la cabeza y sonríe con ternura al ver la escena.
Alan: Es tarde Luna. Deberías ir a dormir, necesitas descansar. Yo me encargo de los cachorros.
Le devuelvo la sonrisa y asiento.
Levanto con sumo cuidado a Esperanza de mi regazo y dejo a Adam al lado de su hermana en el suelo.
El pequeño pone cara triste y levanta sus brazitos hacia mí.
Luna: Mañana volveré florecita, te lo prometo, pero ahora tienes que dormir, ya es tarde.
En ese momento llega Erik.
Luna: Buenas noches.
Adam me mira con ojos apenados mientras cruzo el umbral de la puerta, pero antes de que pueda dar un paso más para marcharme dice una sola palabra.
Adam: Luna...
Me giro sorprendida y me quedo mirando al niño con la boca abierta.
Alan: Madre mia... ¡La primera palabra de Adam! ¡Oh Erik, es fantástico!
Mi hermano sonríe ampliamente con un brillo de felicidad cruzando en su mirada, pero acto seguido hace una pequeña mueca de las suyas.
Erik: La primera palabra de Adam ha sido Luna... Y yo que creía que sería papá...
Me mira sonriente y me da un fuerte abrazo. Yo me río.
Luna: Imposible. En nuestra familia no existen primeras palabras normales.
Unos minutos después me encuentro sumiendome en un profundo sueño con un sentimiento de felicidad que jamás había experimentado antes.
Y entre juegos, encontré las respuestas que tanto anhelaba.

~𝕮𝖔𝖓𝖙𝖎𝖓𝖚𝖆𝖗𝖆~

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